¿Es usted feliz? ¿Qué le hace feliz? Las respuestas a estas preguntas son importantes para tomar conciencia de nuestro estado emocional actual. Y es que la vida es tan corta, que no vale la pena desperdiciarla en cosas sin sentido. El sentido de la existencia humana es que los seres humanos seamos felices. Pero cuando el hombre y la mujer se topa con problemas y turbulencias personales, familiares, laborales y existenciales, parece que todo se desmorona y ya nada tiene sentido.
Dele un vistazo a su historia personal de vida. En ella volverá a recordar páginas que no quiere recordar, porque le hacen daño. El principio de la sanación está en poder integrar ese pasado doloroso a su vida presente. No se trata de olvidar, sino de hacerlo “mío”, de verlo como algo que le pertenece y no como un enemigo que le persigue por todas partes.
Sí es posible ser feliz aún en los peores momentos de su vida. Creo que todos hemos hecho daño por donde nos hicieron daño. Y es cierto también que todos hemos sufrido injusticias, humillaciones, críticas injustas, hemos sido objeto de burlas e insultos por doquier. Pero no permita que ese daño que los demás le han hecho le impida ser feliz, es decir, disfrutar cada minuto de su vida.
(Gargallo Gil, 2019, pág. 87) en su libro El Psicólogo de Nazareth, cuenta la historia de Cristina, una mujer que ha perdido la ilusión por la vida. La tristeza y la soledad la agobian de tal manera que desea morir para dejar de ser espectadora de su propia vida. Cristina, el día cuatro de su diario afirma: “Soy consciente de que para crecer en la vida tengo que abordar mis temores, en lugar de defenderme de ellos agrediendo al mundo y a mí misma. También sé que es bueno hablar de ellos, ponerles nombre y verbalizarlos ante alguien, pues al ser acogida te alivia y te pone en camino”.
Es muy común toparse con gente amargada por todos lados: en el tráfico, en las oficinas, en el mercado, etc. ¡Pobre gente! Si la vida no se nos da para vivir esparciendo agresividad y mal humor por todos lados. Y si usted no controla y maneja bien sus emociones, terminará discutiendo y haciendo el ridículo en plena calle. La agresividad, la amargura, el desear morirse, porque usted no soporta a los demás o bien porque a usted no le soportan, son síntomas de que no es feliz.
Ser feliz es tener la habilidad para estar entre vientos y mareas fuertes, y jamás ahogarse en un vaso de agua. Ser feliz consiste tener la capacidad para estar entre la porquería sin contaminarse. Todos pueden decir cosas feas de usted, pero usted no las acepta y no cae en esos juegos sucios del mal. Deje que se revuelquen entre el lodo ellos, pero usted piense de manera positiva y diferente.
“La armonía interior es el privilegio de aquellos cuyos impulsos son tales que pueden hallar salidas constructivas más que destructivas”, (Bertrand Russell). Y es que cuando una persona está desarmonizada, no tiene la fuerza suficiente para lidiar con los estímulos externos.
Hablando de “felicidad”, ¡Feliz día de la Secretaria! Que Dios les conceda sabiduría para seguir trabajando con excelencia. Ustedes, por ser la cara pública de las empresas, necesitan tener siempre una buena dosis de felicidad, aunque el cielo se esté cayendo. Disfruten su día.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.