“Mi libertad consiste en tomar de la vida lo que me parece mejor para mí y para todos; y en darlo con mi vida”. Juan Ramón Jiménez, autor de Platero y yo.
Robert Sasuke, psicólogo dominicano y también con amplios conocimientos en marketing, aborda con maestría los temas competir y compartir, de los cuales me quiero ocupar, puesto que, en las aulas, probablemente obligados por el propio sistema educativo y una mala formación, un buen porcentaje de docentes y padres de familia enseñan a sus alumnos y a sus hijos a competir, y muy pocos enseñan a compartir.
Ocupémonos de las dos acciones, para establecer una clara diferencia entre ellas y elegir cuál es la más humana y beneficiosa para el crecimiento de los niños y jóvenes.
Sasuke asegura, “en las escuelas se nos enseña que hay que ser ‘competitivo’, y eso significa: llegar a la meta sin importar que tengas que dejar atrás a los demás. Se nos vende la idea de que el ganador es el que llega primero, el que supera a los demás, y a partir de este postulado, es que la humanidad ha venido padeciendo de las más grandes atrocidades.
Una competencia es una contienda iniciada entre dos o más personas que quieren lo mismo. La palabra se deriva del latín competentĭa. Se refiere a la pericia, habilidad o aptitud de alguien para desempeñar determinada tarea o un asunto definido. https://www.significados.com/competencia/
Muchos educandos se toman muy en serio la competencia, a tal punto que su único objetivo no es tanto aprender para sí y para beneficio de los demás, sino rivalizar, desafiar, disputar, luchar, contender, emular, combatir, pugnar, concursar, porfiar y medirse. Las consabidas consecuencias de estas acciones son la insatisfacción, la envidia, cuando no logran ser los primeros, el egoísmo, la frustración y no disfrutan del goce de un logro, producto del esfuerzo.
Muchos padres de familia y profesores fomentan la competencia, y sin proponérselo están deformando el corazón de los hijos y de los educandos, porque se les inculca que lo más importante son las calificaciones, sin valorar el esfuerzo que hacen por aprender. A lo mejor no obtuvo un 100, pero se empeñó y se esforzó por aprender, y ante el resultado obtenido solo obtuvo insatisfacción de los adultos, regaños y castigos. Hay que meditar en las repercusiones de este hecho.
¿Por qué no educamos para compartir y dejamos de hacer tanto énfasis en competir?
Analicemos con detenimiento, ¿qué es compartir? y cuáles son sus beneficios para el crecimiento personal y desarrollo humano, y apliquemos las estrategias necesarias, en la casa y en la escuela, para lograr que el concepto se haga vida.
Compartir es el acto de participación recíproca en algo, ya sea material o inmaterial. Lleva implícito el valor de ser generoso y de recibir. También lleva implícito aceptar o acoger lo que otra persona ofrece. Compartir tiene como consecuencia romper con el egoísmo, de la persona que se considera autosuficiente. Otro efecto que produce es romper la baja estima de la persona, que considera que no tiene nada que ofrecer a los demás. Compartir es dar y saber recibir, ofrecer y aceptar a las personas, manifestar y comprender ideas y sentimientos, cooperar en actividades y recibir cooperación, ser solidarios con todas las personas, sin prejuicios; y sentirse corresponsable de la paz y del bienestar de todos. http://conceptodefinicion.de/compartir/
Podemos, a partir de hoy, ser más cooperativos que competitivos, dejar atrás el deseo de sobresalir egoístamente y ayudar a la superación de los demás.