El mes de diciembre es para mucho es las más esperado durante el año. Es aquí cuando nos damos cuenta de que cada día que pasa más rápido. Es cuando las promesas, proyectos, amores y deseos sobran por nuestras mentes. En lo personal, diciembre es el más colorido y bonitos del año. Nos damos cuenta que hemos vivido un año más para nuestro recuerdo, para nuestra experiencia que es supuestamente aquella que nos hacen más grandes y sabios. También es aquí donde se ven las personas que si valen la pena, esas que te apoyaron desde el inicio hasta el final.
Existe una de los mitos de las cuales es mi favorito: “La leyenda de David y Goliat se vuelve a repetir”, pero ahora es momento para aprender de la historia. Goliat se puede encontrar en muchos lugares ya que obstáculos y riesgos siempre hay. En ocasiones las situaciones y problemas actuales nos hacen caer una y otra vez en la misma piedra (resentimiento, la duda, temor, desánimo, soledad, envidia, fracasos o enojo), y que puede estar dominando nuestras vidas. Debido a que estamos en una constante lucha por sobrevivir y se nos olvida ser astutos y valientes.
Si nos fijamos en la historia de David y Goliat, podríamos hacer algunas relaciones: la fuerza bruta y las masas utilizan poco la inteligencia, la prepotencia y soberbia es un punto débil. Estamos obligados a ser inteligentes para vencer la estupidez. Tendremos que tomar frente a los problemas personales y en general con sentido común y lógica para solucionarlos. Recordemos que en la historia David muestra que los grandes acosadores solamente en tamaño y amenazadores no siempre ganan.
El pequeño pastor confió en su fe en Dios para vencer al guerrero filisteo un Goliat de “seis codos y un palmo” (9 pies de alto), durante esa batalla. El nombre Goliat significa “grande”, él decía ¿Quién se atreve a pelear conmigo?, si yo gano, serán ustedes quienes nos sirvan a nosotros”. Pelear contra los enemigos no es fácil en nuestros tiempos pero debemos de aprender a utilizar las armas correctas como pueden ser los libros, el conocimiento y la lectura constructiva.
El verdadero gigante no era Goliat sino vencer el temor y la inmovilización. Te podría funcionar escribir e identificar a tus gigantes para desarmarlos pero lo más importante es actuar porque en tus dramáticos encuentros la valentía, integridad y compromiso son la fuerza (la honda y las cinco piedras) para conquistar a Goliat. La decisión está en nuestras manos para enfrentarlos y vencerlos o ¿dejarás que los gigantes de la vida te derroten? Siempre habrán problemas solo es cuestión de actitud para resolverlo. ( A conquistar el mundo como David lo hizo).