Admiro a los emprendedores. Me encanta ver proyectos nuevos. Me fascina ver a las personas que salen de su zona de confort y que se lanzan al ruedo de la vida a hacer cosas distintas, a cumplir sus sueños, a emplear a otros, etc. Los emprendedores merecen mi respeto y admiración.
En la Biblia hay todo un historial de emprendedores que mencionan que lograron su propósito. Uno de esos perfiles es el de Josué. Este líder, había sido servidor de Moisés. Conoció de primera mano el sufrimiento en el desierto. Sabía de la promesa que Dios le había dado a su pueblo desde muchos años antes de que naciera. Conoció de primera mano la terquedad de sus connacionales y que retrasó por 40 años el cumplimiento de la promesa. Sin embargo, ahora su jefe había muerto, Moisés estaba muerto. Luego de pasado el tiempo del duelo, Dios le habla a Josué y le dice: “mi siervo Moisés ha muerto, ahora levántate y mete a este pueblo a la tierra prometida”. Una de las primeras cosas importantes en un emprendedor es dejar el pasado a donde corresponde. Un fracaso de un negocio previo, un divorcio, una estafa, una traición por su socio, etc., puede generar el desánimo. De ahí que la importancia es dejar el pasado donde corresponde: aprender las lecciones de vida y proceder a lo que sigue.
Dios también le promete su presencia y la victoria sobre todos sus enemigos. Cuando emprendas algo debes asegurarte que Dios esté de tu lado, porque esto marca anticipadamente el éxito de tu emprendimiento. Dios también le pide a Josué: sé fuerte y valiente. Se repite hasta cinco ocasiones en el capítulo uno de Josué. La importancia de esta petición es que solemos desanimarnos ante cualquier eventualidad negativa o adversa que se nos presente en el emprendimiento; por eso Él insiste mucho en pedirnos que seamos fuertes y valientes. No quiere decir que no tengamos miedo; quiere decir que a pesar del miedo nosotros actuaremos.
Y por último EL da La clave de lo que es el éxito desde la perspectiva divina. Le pide tres cosas que tienen que ver con tu conexión espiritual: lee las leyes, estudia las leyes y ponlas en práctica. Y le promete que si Josué hace esto tendrá éxito a donde quiera que vaya. Es un compromiso interno, de tu carácter, llevar a cabo lo que Dios te pide para que tengas éxito. No te habla de tus conexiones, tampoco de tu dinero, menos del marketing publicitario. Él te pide que leas, estudies y lo hagas una realidad en tu vida personal. Eso es el sello de un emprendimiento desde el punto de vista divino. Si ya conocemos el camino, simplemente sigámoslo.
Cardiólogo - Coach/Conferencista coachedwinibarra@gmail.com