Mi padre solía decir en repetidas ocasiones lo importante que era rodearte de personas que influyan positivamente en tu vida, que fácilmente puedes convertirte en uno de los amigos que tienes, que los malos hábitos se contagian y los buenos también, así que, debía reconocer quienes serían amistades cercanas y quienes tendrían que mantenerse a la distancia. Para mí, era difícil por el hecho de ser muy sociable y verle a todas las personas algo bueno; hasta que la misma vida me dio algunas lecciones con personas que no dudaron en hacerme sentir menos, en ofender con palabras duras o repetir mi poca capacidad para cumplir mis sueños. Así que entendí que para avanzar, debía hacer unos cambios en mi entorno.
Empieza por rodearte de personas que reconozcan tu belleza, tu personalidad y las habilidades que te hacen único y excepcional. Quienes se la pasan resaltando tus defectos todo el tiempo, no son tus amigas ni amigos, quienes se enfocan solo en lo negativo para hacerte ver su realidad, debes saber que, lo hacen desde sus limitaciones y no desde las tuyas.
Elige bien a quienes te rodean, hace la diferencia en tus días, en sentirte motivado y motivada, las personas que creen en ti no permiten qué tú dejes de creer en ti mismo. Por lo tanto, ¡que nadie apague tu luz! Brilla sin miedo al éxito y recuerda que en los pequeños detalles está, el poder de tu imagen.