A manera de historia, es bueno recordar que antes del Tribunal Supremo Electoral los comicios electorales eran realizados y supervisados a través del Registro Electoral, aún recuerdo cuando cumplidos la mayoría de edad, fui a la municipalidad y obtuve mi cédula de vecindad, luego, -casi corriendo- obtuve la cédula de ciudadanía, documento para emitir el voto. En ese tiempo -década del 70- las papeletas se depositaban en una urna de madera y era el ejército de Guatemala el encargado de llevarlas a la cabecera departamental -dicen las malas lenguas que, en el camino se cambiaban las urnas- luego, allá se hacía el recuento y allá se fraguaba el fraude. Alguien dirá, fueron cosas del siglo pasado, lamento decirle que no, en pleno siglo XXI, a la luz de la tecnología y aprovechando esa tecnología, los corruptos siguen fraguando los fraudes. Ya no depositamos la papeleta en una urna de madera, sino, en una urna transparente, pero, basta con bajar unos minutos el interruptor de la energía eléctrica y por arte de magia, el número de votos cambia para cada candidato, unos pierden votos y otros ganan votos; cosas raras que nos da la tecnología, dicen los corruptos.
Después de tantos muertos -de ambos lados, ejercito y guerrilla; sin olvidar que, los que morían en ambos bandos, era nuestra gente, indígenas-, por medio del Dto. 30-83 se decretó la Ley Orgánica del Tribunal Supremo Electoral, en teoría este cuerpo colegiado fue creado para ser el responsable de normar todo lo relativo al ejercicio de los derechos políticos, sin supeditarse a ninguna otra autoridad.
Es importante mencionar los nombres de aquellas HONORABLES -así con mayúscula- personas que integraron el primer TSE de nuestro país, los licenciados Arturo Herbruger Asturias, Justo Rufino Morales Merlos, Gonzalo Menéndez de la Riva, Manuel Ruano Mejía y Ricardo René Búcaro Salaverría, tuvieron la responsabilidad de convocar y realizar la primera elección popular, es decir, elección de diputados a la Asamblea Nacional Constituyente.
También es bueno señalar, estas personas jamás se identificaron como doctores, magister o algo parecido, simple y llanamente se identificaban como Licenciados, pero, Licenciados del siglo pasado, hoy, los malos funcionarios o burócratas se identifican y se vanaglorian como doctores, magister, maestro, etc., y sus acciones éticas dejan mucho que desear.
Sin temor a equivocarme, desde la primera magistratura hasta la cuarta magistratura el TSE fue conducido por personas con mucha responsabilidad y, sobre todo, con honorabilidad, pero, a partir de la quinta magistratura, el trabajo del TSE empezó a deteriorarse y a sembrar serias dudas, los cortes de energía eléctrica empezaron a aparecer, y, quizá, empezó a engendrarse el famoso dicho de la CICIG, “El pecado original de la democracia guatemalteca es el financiamiento electoral ilícito.”
De la quinta magistratura a la actual -séptima magistratura-, el TSE es una verdadera sombra de la primera magistratura. Si don Arturo Herbruger y compañeros volvieran a nacer, morirían instantáneamente al ver el trabajo sucio, opaco y corrupto que los actuales magistrados están llevando a cabo, para colmo, tres son doctores y dos maestros, pero, a la población de a pie, eso, no le sirve para nada, porque ellos están velando por los intereses de unos pocos, y no por la población más vulnerable. Podrán tener todos los títulos habidos y por haber, pero, HONORABLES, ni por asomo.
Es ridículo el trabajo de las actuales personas que dirigen el TSE, para mí, no son autoridades, son títeres de los que, desde hace muchos años, han vivido del Estado. Ellos -séptima magistratura- sin pudor y de seguro, con mucho valor monetario, inscriben a personas no idóneas, con pasado oscuro, narcotraficantes, criminales confesos y condenados y con procesos abiertos en el país para competir por una diputación, alcaldía, incluso, para la presidencia y vicepresidencia del país, en verdad, es vergonzoso. Y, con ese cinismo que los caracteriza, se han propuesto a no dejar inscribir a personas que sí llenan los estándares generales de calidad y que representan el sentimiento general del pueblo que nunca a tenido voz. Esta séptima magistratura, está cayendo en el delito de abuso de autoridad, porque, está vedando el derecho humano político de la población, de elegir y ser electo.
El fraude, empieza a tomar forma, ojalá, si, ojalá esté equivocado.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.