Durante los días posteriores a la realización de las elecciones generales en nuestro país hemos sido testigos de un enredo tal que parece telenovela porque cada día nos encontramos con una sorpresa y postura distinta tanto del Tribunal Supremo Electoral, de los partidos políticos, de los candidatos electos y de algunos actores sociales.
Pareciera que quieren entretener a la población entre dimes y diretes y supuestas acciones, por lo que vale la pena preguntarnos ¿Cuál es el trasfondo de todo esto?. Varios sectores incluidos algunos medios de comunicación se empeñan en decir que no hubo fraude, y ellos como lo saben?. Para comenzar debemos de conocer lo que significa fraude, para la Real Academia Española, la definición de fraude es: Acción contraria a la verdad y a la rectitud que perjudica a la persona contra quien se comete.
Si nos basamos en esa definición hubo fraude desde antes del día de las votaciones, en donde varias instituciones del Estado manipularon candidatos, finiquitos, antejuicios, etc.; sin embargo no nos corresponde a ninguno de nosotros establecerlo y nuestra postura no pasa de ser solo una opinión, para eso existen las instancias respectivas que son las que deben de establecer si existen indicios de fraude, desde mi punto de vista desde el momento en que se manipuló un sistema, se compraron votos, se dieron laminas, víveres y otro tipo de bienes ya existen indicios de que se realizaron acciones contrarias a la verdad.
Llama la atención el hecho de que la Contraloría General de Cuentas, el Ministerio Público y la Intendencia de Verificación Especial de la Superintendencia de Bancos no se hayan pronunciado respecto a la entrega desmedida de cupones por parte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, o el origen de las láminas, tinacos, bolsas de víveres y el origen de los fondos para adquirirlos, tampoco se pronunciaron respecto a las transferencias millonarias que se realizaron entre ministerios y unidades ejecutoras del Estado en la pre y en la época electoral y los precios sobrevalorados que pagaron por la adquisición de bienes y servicios.
Desde el mes de febrero del presente año en varias instituciones del Estado los partidos políticos colocaron a sus financieros y personas de confianza para manipular y saquear las instituciones públicas seleccionando a dedo a sus proveedores o pagando facturas de bienes inexistentes que corresponden a años anteriores, esto como parte de los favores que los funcionarios dan a los candidatos para “quedar bien” cuando sean electos en cargos públicos.
Al analizar la cantidad de fondos públicos que se ejecutaron desde octubre de 2018 a la fecha nos damos cuenta que quizá todo este relajo de las elecciones y del cotejo de actas con el sistema informático no es más que una cortina de humo que trata de esconder una desmedida desviación y mal utilización de fondos públicos por lo que los Guatemaltecos debemos de estar atentos a lo que está sucediendo en las arcas del Estado y no dejarnos manipular porque con todo esto pareciera que los votos de los guatemaltecos no sirven de nada pues ya todo estaba “programado en el sistema informático”.