Por mandato constitucional, el Organismo Ejecutivo debe preparar y enviar al Congreso de la República el proyecto de presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado que debe regir para el año siguiente, en este caso, año 2024; el Congreso de la República, en teoría, previo análisis técnico, legal y moral, debe analizar y aprobar dicho presupuesto. Este año, no es la excepción y tampoco es la excepción, cuando el ejecutivo inicia en nuevo período presidencial y peor aún, no es del partido oficial o del agrado de los diputados, se hace más difícil y complicado la aprobación del monto del presupuesto solicitado.
En este caso específico y desde mi particular punto de vista, el partido ganador de la presidencia para el período 2024-2028 -Movimiento Semilla-, sufrió su primer tropezón al solicitar un incremento al techo presupuestario. No era el momento para dicha petición. Le falló la estrategia política al Movimiento Semilla y han quedado como incoherentes en el ofrecimiento de una cosa en campaña, con la realidad, es decir, en reiteradas ocasiones el presidente electo -Sr. Bernardo Arévalo- dijo que, su prioridad es combatir la corrupción en el manejo del presupuesto -40% del presupuesto- se lo roban, así lo dijo varias veces, incluso, tomó como referencia el presupuesto aprobado para el año que está corriendo -2023-, más de 120 mil millones de quetzales-, hagamos números, el 40% de ese monto sería más de 48 mil millones de quetzales, por Dios, qué semejante cantidad se roban los corruptos. Y, ¿cuánto está pidiendo de incremento el Movimiento Semilla para cumplir con su plan de gobierno?, ahora les digo, según el diputado Samuel Pérez, ellos necesitan 1 mil 800 millones más para invertir en Educación, Salud, Seguridad, etc., es decir, en necesidades prioritarias. La idea de invertir en esos rubros me parece loable y aplaudible, sin embargo, ese incremento solicitado no es representativo -1.41%- ante el techo presupuestario o ante el 40% que se pierde en corrupción, tampoco es cierto que, si no se les da ese incremento, no podrán cumplir con su plan de gobierno, por favor diputados de Semilla, eso no es cierto, reitero, el 1.41% que están solicitando no hace la diferencia.
Algo que no debe permitir el equipo técnico del Arévalo y Herrera, es que, los diputados de los partidos que están en la puja para que se legalice la desaparición de dicho partido -Semilla-, aprovechen de dicho tropezón para darse baños de pureza o defendiendo hipócritamente el buen uso de los recursos económicos, cosa que ellos, jamás lo hicieron, es más apadrinaron la desaparición o malversación del presupuesto de los diez programas presupuestados para combatir los efectos de COVID 19, en el presupuesto del año 2020.
Desde hace muchas décadas el gobierno ha mal distribuido el presupuesto de la siguiente manera: El 70% en Funcionamiento, el 12% en Inversión y el 18% para pagar la deuda pública, dicho sea de paso, cada año, la deuda va de aumento en aumento.
Así las cosas, futuros administradores -presidente, vicepresidente, ministros, vice ministros, directores, gobernadores- de la cosa pública, el reto es grande, pero no imposible, la meta es y debe ser, lograr bajar el 40% de robadera de nuestro dinero, por lo menos la mitad y ahí tendrán esa mínima cantidad que tanto alboroto están armando los políticos tradicionales y corruptos.
La ciudadanía -2.4 millones-, que llevó a la presidencia al Sr. Arévalo y a la vicepresidencia a la Sra. Karin Herrera, se sentirá representada cuando en vea en el primer informe de gobierno, que su dinero -impuesto- fue invertido en programas sociales y económicos para elevar la calidad de vida de los guatemaltecos que, por años han estado abandonados a su suerte. No se está pidiendo nada del otro mundo, solamente el cumplimiento -mínimo- de los artículos 1, 2, 3 y 4 de la Constitución Política de la República.
“Nunca discutas con un estúpido, te hará descender a su nivel y ahí te ganará por experiencia”.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.