¿Desde qué versión de nosotros mismos nos estamos relacionando con las demás personas? Las emociones son una montaña rusa, los pensamientos se ven influidos y las palabras que escribimos o decimos en voz alta hacia nosotros y otros causan un efecto para bien o algunas veces para mal.
Y mientras descubrimos lo que es bueno y malo para cada persona, lo importante es que sepamos lo que es correcto y que el manejo de nuestras emociones y lo que expresamos puede generar un impacto en sí mismos y en los demás. Las palabras pueden edificar o destruir, apagar el brillo en una persona y apagar tu propia luz.
Cuantos sueños se han frustrado por escuchar o leer palabras que generan dudas e inseguridades, cuántas veces personas tan cercanas a tu vida han hecho un mal comentario respecto a tu cuerpo, tus ideas, tu forma de vivir y ser, repercutiendo de manera negativa.
La responsabilidad de construir un mejor entorno, parte desde la decisión de trabajar en tu mejor versión. Elige las palabras que dices y analiza la calidad de empatía que conlleva, elige los comentarios que dices hacia otros y sé testigo del poder que tiene cada una de esas palabras.
Lo que piensas, lo que dices, lo que haces y como te ves debe ser congruente, recuerda que en los pequeños detalles, está el poder de tu imagen.