Este mes se ha estado haciendo mucho énfasis en cuanto a la importancia y el papel fundamental que tiene la mujer en la sociedad. Pero más allá de eso, durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se ofrece la oportunidad de incrementar el apoyo a los derechos y la participación de las mujeres en las diversas esferas.
El lema este año fue “Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres”. El Día Internacional de la Mujer se suma a un movimiento mundial sin precedentes por los derechos, la igualdad y la justicia de las mujeres. El acoso sexual, la violencia y la discriminación contra las mujeres han acaparado los titulares y el discurso público, con una creciente determinación a favor del cambio.
Personas de todo el mundo se están movilizando para conseguir un futuro que sea más igualitario. Esta acción se ha manifestado en forma de marchas y campañas mundiales, incluido el movimiento Me Too en los Estados Unidos de América, y sus reflejos en otros países, como protesta contra el acoso sexual y la violencia, por ejemplo: Yo También en México, España y América Latina, entre otros lugares; Quella Volta Che en Italia, Balance Ton Porc en Francia y Ana Kaman en los Estados Árabes; Ni Una Menos, una campaña contra el feminicidio que surgió en Argentina; y tantas otras iniciativas, abordando cuestiones que incluyen desde la igualdad salarial hasta la representación política de las mujeres.
Este contexto es una oportunidad para transformar este impulso en medidas para empoderar a las mujeres de todos los entornos, rurales y urbanos, y reconocer a las personas activistas que trabajan sin descanso para reivindicar los derechos de las mujeres y conseguir que estas desarrollen su pleno potencial.
Para materializar la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de no dejar a nadie atrás, es preciso actuar con urgencia en las zonas rurales para garantizar un nivel de vida adecuado, una vida sin violencia ni prácticas nocivas para las mujeres rurales, así como su acceso a la tierra y a los bienes productivos, la seguridad alimentaria y la nutrición, el trabajo decente, la educación y la salud, lo que incluye la salud sexual y reproductiva y sus derechos conexos.
Las mujeres rurales y sus organizaciones representan un potencial enorme, actualmente empiezan a movilizarse para reclamar sus derechos y mejorar sus medios de vida y su bienestar. Utilizan métodos agrícolas innovadores, crean negocios exitosos y adquieren nuevas habilidades, luchan por sus derechos legales y se presentan como candidatas políticas.
Es preciso que como sociedad nos unamos a las distintitas actividades para aprovechar la oportunidad, celebrar los logros, tomar medidas y transformar las vidas de las mujeres en todo el mundo. Ahora es el momento, un momento de reflexión sobre los progresos alcanzados, un llamado al cambio y una celebración, de los actos de valor y determinación tomados por mujeres corrientes, que han tenido un papel extraordinario en la historia de sus países y sus comunidades.
Sin embargo; es lamentable evidenciar cómo aún nosotras mismas no somos capaces de darnos el lugar que merecemos, pues esto debe ir más allá a solo conmemorar un día al año, en el que todas nos felicitamos y sentimos orgullosas de ser mujeres.
Tristemente evidenciamos un sinfín de casos en los que nosotras mismas nos reducimos a algo que para nada es el plan de Dios cuando nos creó, y está bien que existan organizaciones que promuevan leyes de inclusión y respeto a nuestros derechos; pero no debemos olvidar que quienes tenemos el privilegio de vivir en países como el nuestro, en donde cada vez hay más oportunidades para nosotras, somos nosotras mismas quienes decidimos hacer valer esos derechos, dándonos a nosotras mismas el papel que nos corresponde.
Mercadóloga especialista en Gestión de Proyectos. Capacitadora, motivadora, estratega y analista empresarial.