Resulta que los políticos que roban , huevean oxígeno y como parásitos viven de las Arcas del poder están peor que la misma selección de Guatemala. Todos se creen inmunes de la misma ley haciendo del país una completa anarquía e ingobernabilidad. Nuestro país es impresentable y todos estos sinvergüenzas en el momento del cual vivimos no tienen la más remota idea de lo que dicen y con total impunidad siguen en los puestos públicos, haciendo de nuestro país más impresentable. El país esta en riesgo, se está configurando en una situación insostenible (otra Venezuela).
Consideró que Guatemala es impresentables en materia de gestión pública y menciono que en los últimos treinta ocho años el Estado se ha convertido en una fuente de negocios y de corrupción. Con aproximadamente 52 presidentes desde 1847 somos de poca memoria referente a nuestra historia muchos viven en el pasado, no tiene mucho sentido, no se puede cambiar nada, y además ningún mierdatario a devuelto el dinero robado, pero como dijo alguna vez el ruso Aleksandr Solzhenitsyn “Si no conocemos nuestra propia historia, entonces, simplemente soportaremos los mismos errores, los mismos sacrificios, los mismos absurdos una y otra vez”.
El mundo está loco, loco, loco, loco y más con esos inmigrantes árabes y mucho de ell@s terroristas que solamente hace nuestro proceso para visitar los países como Estados Unidos un dolor de huevos y de cabeza sino recordemos 9-11, nosotros los latinos no tuvimos nada que ver con esos fanáticos cobardes y a nosotros nos llevo la gran chingada con los procesos legales para emigrar. Y allí manifestando de un país que solamente protege a terroristas y no a sus civiles ciudadanos, muy parecido a nuestro país que el mismo Estado es el causante de crisis y provocadores de Guerras.
Así como hubo un ángel que arroja una gran piedra para destruir Babilonia, lo que se entiende como las tablillas de maldición estaban muy presentes en el Imperio Romano, aunque eran consideradas como «magia negra» y estaban prohibidas por las leyes de la época. Al final, eran maldiciones para dañar a un enemigo de la manera más espeluznante posible. Entonces solamente nos queda tirar “la gran piedra”: maldecir a cada mediocre, terrorista y sinvergüenza que robo al país provocadores de este desmadre de país que cada día esta impresentable.