Nos encontramos en un callejón sin salida, lleno de esperpento, corrupción, abusos, deshonestidad, e injusticias.
Guatemala parece estar lleno de indefinidas pajas, mentirás, falsas expectativas ¡nadie se salva! Según la universidad de Duke en Estados Unidos, nadie se salva de la farsa. Después de una década de investigación, el autor Dan Ariely escribió un libro: “La honesta verdad sobre la deshonestidad”. El especialista resalta en su teoría que, “día a día, no solemos tener objetivos claros cuando engañamos. Más bien, mentimos porque el ambiente lo predispone a hacerlo”, como cuando se descubre una infidelidad. Estos actos junto a la corrupción están de moda y son consecuencias negativas para el país.
El investigador realizo múltiples experimentos, según el economista, existen en el ser humano varias motivaciones principales en este perpetuo conflicto. Es claro que el engaño, el robo, la corrupción son epidemias que afectan cualquier sociedad. El autor del libro no sigue la línea tradicional y es mucho más práctico, en su exploración encuentra formas como: “Se miente, pero no con dinero”. Sin embargo, cuando tomamos un objeto como un lapicero de la oficina “eres capaz de racionalizarlo y eso te ayuda a creer que sigues siendo honesto”. Agregado a esta lógica “las personas mienten para sacar algún beneficio mayor al riesgo de ser atrapado y castigado”. En pocas palabras cuando mentimos, calculamos siempre el riesgo de nuestras acciones. Y aunque nos engañamos sabemos que no ganamos nada con mentir incluso comenzamos a creer nuestras propias mentiras y creamos justificaciones para dar razones lógicas a nuestros pensamiento y hechos, cayendo en continuas mentiras. Casi todo en el país, está sumergido en la mentira desde un supuesto Ministerio Público que “investiga”, un presidente que cada vez que habla se nota que es un completo inútil y cada día se nota que estamos sumergidos en la corrupción, violencia, deshonestidad, hipocresía y mediocridad. Unas veces se gana y otras se aprenden, pero en Guatemala no logramos ni aprender ni lograr sobrevivir de esta enfermedad de antivalores. Cada día estamos más y más jodidos todos. Les dejare esta frase por si les sirve “la mentira y el engaño tienen fecha de caducidad, al final todo se descubre. Al mismo tiempo la confianza se muere, para siempre.