Durante la semana de la celebración de la feria en la ciudad de Xelajú se dio una de las tragedias más grandes que haya vivido esta ciudad. Desde este espacio envío mi solidaridad y pésame a los familiares de las victimas.
Desde tiempos remotos estas celebraciones van encaminadas a dos objetivos, el primero es la comercialización en grandes cantidades de productos de todo tipo, pero especialmente bebidas alcohólicas, con la expectativa de obtener ganancias, los comerciantes, las empresas y los funcionarios de la municipalidad, entre ellos el alcalde, síndicos, concejales y jefes de dependencia; el segundo es llevar a la población distracción, liberar la mente del ciudadano de todos los males que les aqueja, utilizando la estrategia romana de pan y circo, en este caso circo.
Desde el anuncio hecho por la municipalidad se avizoraba un panorama gris. La falta de planificación, espacios inadecuados, funcionarios públicos irresponsables, todo se conjugaba para prever la desgracia ocurrida. Los vecinos se manifestaron e hicieron señalamientos bien fundamentados, estos nunca fueron analizados por el concejo municipal, menos por el alcalde.
Los hechos marcan una pérdida total del respeto a la vida. La marca Gallo, organizadora del evento no priorizo en ningún momento la integridad física de los asistentes. El único interés de ellos era la venta de la cerveza, sin importar la cantidad que consuma cada persona, ellos buscaban ganancias, lucro y beneficios. El evento fue autorizado para 15 mil personas, y según analistas esa noche llegaron mas de 30 mil. El mercantilismo inhumano hizo sus números, vender a un 66% de los asistentes dos cervezas, de las más grandes a un valor de Q25, significó Q500 mil quetzales, pero muchos de ellos consumieron dos o tres veces, en ese caso, la suma supera los millones de quetzales.
Toda empresa que se digne de llamarse socialmente responsable hubiera limitado el consumo de alcohol, a no más de tres cervezas por persona, como lo hacen los restaurantes familiares. Pero no fue así. Se prohibió el ingreso de alcohol, y no el de armas u otro tipo de droga, esta acción aclara de manera contundente el interés de la marca por vender su producto. No importa quién era la empresa productora, la marca que promociono el evento era Cerveza Gallo, y son ellos los principales responsables, pero no son los únicos.
Las autoridades municipales también tiene un alto grado de responsabilidad, autorizaron un evento, sin supervisar las condiciones mínimas de seguridad. El terreno no era apropiado para la circulación de personas, y tampoco se hicieron trabajos para corregir. No había seguridad, los sobrevivientes manifiestan eso, así como los asistentes. Convirtieron las instalaciones en una olla de presión, con solo tres pequeñas salidas. Los organizadores no anunciaron en el sonido ambiental la necesidad de salir de manera ordenada y tranquila del lugar. Se observa en imágenes la falta de iluminación. Con un terreno de tierra, lodo y falta de claridad, de seguro iban a caer las personas y el pánico de todos originaria la tragedia ya de todos conocida.
Indigna las declaraciones del Alcalde Juan Fernando López, al decir que cada quién asiste por su cuenta y riesgo, y entonces ¿para que sirve el Estado?, sino es para garantizar la seguridad, además no es un regalo, los ciudadanos mantenemos con nuestros impuestos el gasto publico. Falta ahora que diga el gobernador que asesinan a las personas en las calles de Xela porque salimos bajo nuestra cuenta y riesgo.
De acuerdo con nuestro análisis basado en la opinión de especialistas, los responsables de esta tragedia son:
Si una de estas instituciones hubieran hecho su trabajo valorando la vida de los asistentes, la tragedia no se hubiera dado. Las cuatro instituciones deben ahora asumir la responsabilidad y buscar la forma de disminuir el daño, aunque una vida ya no se recupera, ahora deberán pensar en los familiares de las victimas. Hay muchas formas de indemnización, busquemos las mejores en atención a lo humano y dejemos de lado el mercantilismo inhumano.
Lo vivido por las victimas tiene raíces más profundas. La estructura del Estado guatemalteco se manifestó en la tragedia. Madres y niños trabajando debido a la ausencia de oportunidades, en un lugar con condiciones inapropiadas. La venta de alcohol como una de las formas de control de las masas. Autorizaciones sin control producto de la corrupción que campea en todas las instituciones gubernamentales alimentada por la avaricia de las grandes empresas. Muchos de los hoy fallecidos, quizás pensaron que los efectos de la corrupción en el gobierno nunca los iba a alcanzar. Hoy más que nunca debemos saber que la corrupción mata, y afecta a las mayorías, sin importar condición económica.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.