Solemos escuchar frases como: “ya estoy aburrido”, “ese tema ya me aburrió”, o bien “me siento aburrido”. Y es normal que, tras una ardua semana de labores o tras mantenerse una persona en su misma actitud, nos canse y aburra. Estar aburrido significa estar “cansado y hastiado” de algo o de alguien. El aburrimiento es una reacción muy humana ante estímulos estresantes que vienen de fuera. Es un sentimiento de insatisfacción y de desinterés que todos los seres humanos experimentamos en algunos momentos de la vida.
Cuando se está aburrido se cae en la trampa de hacer cosas que no son sanas y constructivas. Por ejemplo, yo puedo decir que estoy aburrido, y llamo a unos cuantos cuates y nos juntamos para tomarnos unos tragos. Yo puedo estar aburrido y me pongo a ver programas que no son constructivos para mi vida.
Cuando el aburrimiento hace acto de presencia en nuestra vida, tomamos el celular y entramos a redes sociales, agarramos una hoja de papel y comenzamos a dibujar en ella o simplemente la rayamos. Es decir, cuando estamos aburridos, buscamos cualquier cosa para distraernos. Y esto pasa en muchos espacios de la vida: en una clase, una conferencia, en una misa, etc.
En el mundo laboral, el aburrimiento es altamente peligroso, cuando no se le saca provecho. El aburrimiento laboral puede conducir al conocido síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado. Este síndrome está relacionado con el agotamiento por el trabajo en una empresa. Si este fuera su caso, por favor urge salir de esa rutina laboral e incluir nuevas actividades que le permitan disfrutar de su trabajo. Además, es indispensable hacer ejercicio físico todos los días y dedicarse un poquito de tiempo a sí mismo.
Pero también está el aburrimiento emocional. El aburrimiento emocional es un sentimiento de cansancio generado por un grupo o por una persona en particular. Ese aburrimiento emocional llega a experimentarlo, sobre todo, parejas, cuya relación ya está muy desgastada. Cuando alguien le dice al otro: “ya estoy aburrido de ti”, es el momento apropiado para iniciar cambios en la vida. Si no hace nada por mejorar esa relación, el aburrimiento tóxico puede generar violencia de todo tipo en la pareja. Cuando el demonio del aburrimiento aparece en la vida de pareja, es el momento de encender las alertas. Eso significa que la relación está en peligro.
Está también el aburrimiento espiritual. Algunos son conscientes de su aburrimiento, otros nada que ver. Considero que la causa de su alejamiento y resistencia a asistir a la Iglesia se debe a que el tema de la religión les es indiferente y les cansa. Normalmente las personas a quienes les aburre el tema de Dios y no les gusta asistir a su iglesia, es porque no están interesadas en profundizar en ese vínculo entre Dios y su propia vida.
Pero, podemos sacarle ventaja a todo lo que nos aburre. En muchas ocasiones, las mejores ideas, incluso, los mejores proyectos, surgen en un momento de aburrimiento. El aburrimiento bien utilizado se convierte en una herramienta propicia para la creatividad emprendedora. Además, esos momentos de aburrimiento pueden generar momentos de autorreflexión que son de mucho beneficio personal.
Algunas personas, cuando les acosa el aburrimiento, pueden perderle el sentido a su vida. Llegan a expresar que la vida no tiene sentido. Y esa sensación de la pérdida del sentido de la vida, puede traducirse en una oportunidad para amarse más a sí mismo, a sí misma y al prójimo. Una persona aburrida puede convertir su aburrimiento en altruismo.
En conclusión, no permitamos que la vida nos aburra. La vida es bella, y hay mucho por hacer. Deje a un lado lo que le aburre, y elija actividades que le conviertan en una persona extraordinaria.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.