En los últimos meses los guatemaltecos estamos sufriendo el impacto de una crisis mundial derivada de varios factores. El aumento desmedido del precio del combustible es uno de ellos, esto según analistas, es un efecto de la guerra entre Ucrania y Rusia. Por ser nosotros un país dependiente de los combustibles el efecto va más allá del precio de la gasolina, llegando hasta los productos de la canasta básica alimentaria, aunque el gobierno lo niegue, manipule los datos que presenta el Instituto Nacional de Estadística.
El gobierno por su lado vive en una Guatemala que no es la de todos. A inicios de año presentó un resultado positivo en la economía, el crecimiento del 7.5% del Producto Interno Bruto, como un gran logro del gobierno de Giammattei, pero como ya de todos es sabido, el crecimiento del PIB no se refleja en la economía de los hogares, hoy con el incremento generalizado de los precios, esto es más evidente.
Por otro lado esta el aprovechamiento desmedido de los importadores de los combustibles, sin que el gobierno tenga la capacidad de contralar y gestionar mejores precios para la población.
En Estados Unidos el valor del combustible de gasolina llegó esta semana a su valor mas alto, ubicándose en el Q34.00. En México, el valor equivalente en quetzales es de 31.70 y en El Salvador de Q33.62. Al día de hoy en nuestro país la gasolina super tiene un precio de Q42.80. La diferencia es sustancial, un 21% con el precio que pagan en país gringo y un 22% con El Salvador.
El gobierno pretende mantener el subsidio a la gasolina regular en Q2.50 por galón y el diesel en Q5.00, sin embargo esto no es sensible para la población, lo que constituye un verdadero engaño.
¿Por qué no suspender el cobro del Impuesto a la Distribución del Combustible? Los guatemaltecos pagamos al fisco en concepto de tributos Q4.60 en gasolina regular, Q4.70 superior y Q1.30 diesel. Una suspensión temporal ayudaría más a la economía familiar que el subsidio, pero a los funcionarios esto no les conviene, porque no lo manejan ellos. El monto del subsidio se distribuye a discreción y mediante negociaciones gobierno e importadores de gasolina, lo que permite la opacidad e incentiva las formas y modos para la corrupción.
El Impuesto a la Distribución de Combustibles fue creado con el objetivo de darle mantenimiento a las carreteras y caminos del país, lo que no se hace. Como ejemplo de la ineficiencia gubernamental tenemos la carretera que va de Xela a Cantel, la que se ha inaugurado varias veces el inicio de los trabajos y nunca se avanza. Pero no es la única, un recorrido por la carretera de Tecpan a los Encuentros en Sololá nos deja con mayor evidencia el mal uso de los recursos del Estado. Sin decir el estado deplorable en que se encuentran los caminos rurales.
Al igual que lo sucedido con el subsidio al gas propano, el subsidio al combustible es una forma mas de robo de los recursos gubernamentales, no debemos caer en el engaño.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.