Uno de los errores más comunes en la sociedad, en las familias, en los grupos, dentro y fuera de la iglesia son “las suposiciones”. Según la RAE (2021) una suposición es: “aquello que se supone, se considera como cierto; impostura o falsedad”. En realidad, las suposiciones son ideas o juicios que cada uno elabora y utiliza para dar fe de algo que en realidad no es cierto. Son hipótesis falsas que nosotros mismos elaboramos para justificar racionalmente los conceptos que tenemos acerca de las personas.
Las “suposiciones” hacen pecar hasta el más santo o santa; porque a puro tubo queremos defender los desmadres de nuestros seres queridos a base de “suposiciones”. El problema es que, si no le ponemos un freno a esa manera estúpida de pensar, podemos cometer estupideces que nos lleven a alejar o bien perder a las mejores personas que nos rodean; y quedarnos con la peor basura a nuestro lado.
Revisemos un poco nuestras suposiciones laborales. ¿Cómo le va en el trabajo? ¿Qué suposiciones están en su mente y que no le dejan en paz? El suponer que fulano o mengano, en una empresa cualquiera, debería de ser y actuar de otra manera a la que uno piensa, desgasta emocional y espiritualmente a quien la padece. En una empresa uno tiene que dedicarse a cumplir las funciones para las cuales lo contrataron, y no para estar suponiendo chismes.
Las suposiciones espirituales. A nivel personal, a veces se supone que mis hermanos de comunidad y de grupo, son los hipócritas, falsos y deshonestos. Construimos ideas falsas de los demás, y las declaramos como ciertas. Creo que el que más supone, más falso es. A nivel religioso y espiritual, cada uno es responsable de ser o no ser coherente con los valores y consejos evangélicos. No se vale suponer nada. La tarea de juzgar es de Dios; no nuestra.
Las suposiciones familiares. Creo que estas suposiciones son las más comunes y dañinas. Ante un mensaje, una actitud o conducta de algún miembro de la familia, suponemos un montón de cosas. Y tristemente todas esas suposiciones son falsas. Y lo peor es que algunos hasta se molestan, dejan de escribir mensajes, de hablar y de visitar, porque según ellos los demás están siendo injustos. A nivel familiar, vale la pena revisar esas ideas falsas que se tienen de unos a otros. Las suposiciones en la familia son una manera descarada de como el mal espíritu se hace presente en las mismas.
Los medios de comunicación social también tienen que ser prudentes a la hora expresar los contenidos de sus ideas. Las suposiciones informativas son inmorales y dañan la dignidad de las personas. Tienen que ser imparciales y elaborar juicios lógicos acerca de la realidad que cubren con sus cámaras y micrófonos.
Mi consejo es que no vivamos de suposiciones, sino “al toro por los cuernos”. Si usted tiene ciertas dudas de algo o alguien, confronte y hable. No viva suponiendo, porque a la larga eso le hace daño. Hay que tener el valor suficiente para hablar cara a cara, y jamás a las espaldas de sus seres queridos. Es anticristiano ser “hipócrita”; porque “un cristiano no puede ser hipócrita y un hipócrita no puede ser cristiano”, (Papa Francisco).
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.