Atrévase a tener un pensamiento divergente.
Cuando usted tenga el dilema entre pensar mal o bien de una situación, escoja pensar bien. Por ejemplo, si envía a su hija al supermercado y ella se atrasa, entonces automáticamente puede imaginar que la asaltaron y que la dejaron tirada muerta en una esquina… Es una idea muy catastrófica… o intencionalmente puede razonar que se puso a conversar con un muchacho en la esquina. Piense bien, entonces se sentirá bien y actuará bien. Lo que se diga usted de los sucesos influirá en sus emociones y en su actuar.
Si un vecino, no le saluda usted, puede concluir que está enojado con usted, o puede escoger discernir en positivo… que tiene algún problema personal. Si se deja llevar por pensamiento negativos, entonces se sentirá triste, preocupado. Luego le dará dolor de estómago y en el futuro tratará de evitar encontrarse con el vecino. Pero si decide comprender en positivo, entonces su preocupación será por él, no por usted, luego estará libre de algún dolor de estómago y de último tratará de hablarle para ver cómo está él.
Esfuércese por tener una apertura mental. Percátese de que sus pensamientos son estructuras mentales rígidas, que raramente se atreve a poner en duda. Ahora dese la oportunidad de darle el beneficio de la duda ante los juicios negativos que haga sobre las situaciones. Para ello dele rienda suelta a su creatividad, cree pensamientos positivos de cada evento que se le presente.
Los pensamientos negativos son exageraciones de la realidad. Dígame… ¿Qué considera usted inaceptable? Al responder esta pregunta se dará cuenta de las exageraciones en sus juicios de valor. Hemos visto muchas personas que a cada incidente le ponen el calificativo de ¡terrible! Si se les rompe el celular lo considera ¡terrible!, y si se accidentan en automóvil, lo consideran ¡terrible!. No es posible que dos eventos estén valorados en la misma categoría. Estas personas están enfermas de terribilitis.
Usted dele el beneficio de la duda a los incidentes y véalos objetiva y alegremente desde la perspectiva de oportunidades. Y que realmente no es lo peor que le podría pasar. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Aunque la vicisitud esté fuera de tu control, algo sí tiene tu rol, tu actitud”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo