Tantas cosas que hacer por el país y todos los «Mierdatarios» se dedican a envenenar, perder el tiempo y robarse todo lo que se pueda. No hay ningún político que no este afín con el narcotráfico o simplemente involucrado en un gran negocio con el Estado de Guatemala. Los nuevos empresarios “exitosos” del país ahora lavan sus millones en restaurantes, negocios de comida y de demanda popular.
En una cultura mundial obsesionada con la productividad, ¿qué significaría comprometerse a perder el tiempo? ¿Por qué es tan importante ser productivo? ¿Por qué parece que nunca hay tiempo suficiente en el día? ¿Por qué muchos de nosotros estamos condicionados a creer que ser más productivos nos convierte en mejores personas? Me asusta muchísimo cuando hice el cálculo por primera vez y descubrí que, eh, la esperanza de vida promedio en el mundo desarrollado es de alrededor de 4.000 semanas. Obviamente, no sabes cuántas semanas vas a tener en cada caso individual. Es más bien el hecho de que sea finito algo, creo que si lo tratamos de entender intelectualmente, sacamos la conclusión que nos comportamos como inmortales viviendo el día a día como si el tiempo fuera infinito. A esto hay que agregar que como buenos chapines somos más dados a ser reproductivos que ser productivos y sí qué rico estar cogiendo por el montón, pero al final tenemos que ser responsables empáticos. En el año 2000 Guatemala estivo a once millones de habitantes, y para el 2013 se estimó un aumento de quince millones y se calcula que para el año 2050 seremos 27 millones de personas. La tasa de crecimiento anual de la población es de 2.4% (2010-2015), una de las más altas de América Latina, lo que significa 365 mil nuevos habitantes por año. Entonces, ¿cómo podemos abordar esta idea de perder el tiempo y cómo estamos condicionados a pensar en ello, no como algo que nos aleja de la productividad, sino simplemente como parte de la vida?
Lo único que puedo hacer, al igual que otros animales, los humanos siempre hemos comprendido, en cierto modo, nuestra dependencia del clima y de los cambios de estaciones. La ciencia climática moderna, una combinación de muchas disciplinas, nos ha proporcionado conocimientos sobre cómo el clima y las estaciones dependen ahora de nosotros, y sobre nuestro propio y descomunal impacto en nuestro planeta finito.
Estimo que, en todo el mundo, habrá más los refugiados, emigrantes, necesidades y que huyen de las crisis medioambientales que de los mismos conflictos violentos, que seguimos siendo como país reproductivo no productivo. Les dejo al final la experiencia y el tiempo porque si el planeta estuvo al borde de una catástrofe climática en el lapso de una sola generación, la responsabilidad de evitarla también recae sobre nosotros o esa misma generación. Todos conocemos también solo una vida tenemos y es la nuestra… Si permitimos que el calentamiento global continúe y que nos castigue con toda la ferocidad con la que lo hemos alimentado, será porque hemos elegido ese castigo, recorriendo colectivamente un camino de suicidio. Si lo evitamos, será porque hemos elegido recorrer un camino diferente.
Estamos pasando cada vez más de un modo de predecir lo que va a pasar, a un modo de intentar evitar y explicar lo que ha sucedido. Lo peor del caso es que ya se está haciendo muy tarde para darnos cambio de las coordenadas, porque con esas cifras vamos camino a la destrucción propia de la humanidad. La pérdida de tiempo es el peor desaprovechamiento, necesitamos paz, nos toca progresar y ya no más perder el tiempo. Pero cada vez todo esto mencionado es todo lo contrario, no tenemos salud, no tenemos seguridad, no tenemos bienestar social o beneficios en un futuro por simplemente pagar impuestos solamente más tráfico, más corrupción, más necesidades sociales, más personas malas que buenas y en fin seguimos perdiendo el tiempo porque tenemos más inútiles, ignorantes y ladrones sueltos en todo el país.
PD Goodbye August, thank you and welcome September may we have good health, peace, love, and joy. Por si acaso no entendió, le recomiendo aprender inglés.