La capacidad de ser agradecido es sinónimo de humildad y es el deseo de una persona de resaltar y reconocer o dar mérito por una acción, un gesto o por recibir un favor brindado por una u otras personas, cuando una persona es agradecida expresa buenos modales desde el punto de vista social, pero además dice mucho del aprecio por la vida y por el prójimo.
Esta historia habla del agradecimiento o de la falta de agradecimiento, juzgue usted…
“Un día un albañil que había laborado para una constructora presentó su renuncia, justificando que estaba muy cansado, no contaba con las fuerzas y entusiasmo que tenía al iniciar este trabajo, el dueño de la constructora se puso muy triste al saber la noticia y solicitó que le construyera una última casa, haciendo hincapié que era un proyecto muy importante para él. El hombre muy molesto por el gesto del empresario, pensó: ¡qué desconsiderado!, así que accedió a realizar aquella petición. De mala gana, refunfuñando, utilizó los peores materiales, no dió importancia a los acabados de la casa y en el menor tiempo posible termino el proyecto; al momento de entregar el trabajo el Arquitecto dueño de la constructora señaló que como muestra de agradecimiento por todo el trabajo realizado y en virtud de ser un excelente trabajador durante muchos años, deseaba regalarle la casa pues era merecedor de tener una casa tan especial como las que siempre había construido”.
Puede usted imaginar cuantos pensamientos se atravesaron por la mente del albañil, así que mi conclusión en esta oportunidad es “Vivamos siempre agradecido.”