En lugar de bueno o malo… es mejor, funciona o no funciona.
Para los padres y educadores resulta más simple, decir a los niños: eso es bueno, eso es malo. Sin tomarse la molestia de explicarles el motivo de ese criterio. Algo así como diciéndoles: yo sé lo que te conviene y lo que no, tú solo obedece. Pero esto crea confusión, culpa, ansiedad, paralización.
Es mejor educar con: funciona, no funciona; construye, destruye; agradable, desagradable; bonito, feo; placer, dolor. Procurando dar argumentos que respalden lo dicho. Forzándose así a comprobar si las enseñanzas son razonables. Porque muchos de los supuestos valores guardados en la cabeza del educador, se dan por válidos, por simple hecho de haber sido almacenados. Ideas irracionales.
Aparte que la palabra “malo” tiene una connotación de maligno, perverso, diabólico. Lo cual asusta y crea rechazo hacia los propios actos, incluso hacia sí mismo. Hay padres que en lugar de decir: “Te equivocaste”, dicen “Eres malo”. De esta forma están atacando a la propia persona. ¡Qué daño están causando en la personalidad de sus hijos!
Incluso hay jovencitos que se identifican con el: “Soy chico malo” y ahora empiezan a comportarse como tal. Lo cual les da derecho a cometer crueldades bajo el lema: “El mundo me hizo así”. Y todavía algunos se atreven a decirles: “!Qué malo eres! vas a ser castigado por Dios…” y entonces se ensañan más con ellos.
Pero aún hay educadores que intentan convencer a los jovencitos a que se “comporten bien”, con el: “Sé un buen chico” y vas a ser recompensado en el cielo. Ofreciéndoles así, algo ambiguo e intangible, que resulta ser un engaño manipulador. Que les invita a comercializar el bien y el mal, con una recompensa aparentemente divina.
Hasta las películas han reflejado la tendencia de la humanidad de fantasear en la guerra entre el bien y el mal. Hace unas décadas era muy claro, quien de los personajes era “el bueno” y quien era “el malo”. El bueno era bueno, bueno, bueno. y el malo era malo, malo, malo… hasta estaba feo. Y cuando el supuesto bueno, se vengaba con el malo, le hacía unas crueldades que el espectador consideraba que estaba “bueno”.
Ahora van cambiando el paradigma y ponen al malo como el bueno y al bueno como el malo y a la mujer mala como que “está buena”, o sea bonita. Todo un lavado de cerebro que aun sigue presente en las mentes de la población, para entretenerles y manipularles con esta batalla entre el malo y el bueno.
Enseñémosles a nuestros hijos a que si alguien les dice:_ “Eso es bueno, eso es malo”, pregunten el por qué. Y si les responden: “Porque yo lo digo”, entonces le dejen y no hagan caso de sus enseñanzas.
Le dejo la siguiente frase de Spinoza para que reflexione: “Bien o mal y pecado… no son otra cosa que antes de… razón”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo