Vida saludable, comer bien, dormir bien, respirar bien».
A quienes les encanta la sensación de despertarse satisfechos de haber disfrutado de un sueño reparador, trabajan más animados y con mejores resultados. Sin embargo, este disfrute se puede convertir en una obsesión. Por demasiado querer dormir, consiguen todo lo contrario, porque el dormir es la ausencia de querer. Entre más quiere dormir, menos se duerme.
Luego entran en un ciclo vicioso, donde se preocupan de haber tenido hoy una noche insomne, y esta preocupación hace que no se duerman el siguiente día. Luego aparece la ansiedad, al estar pensando que tienen insomnio, y esta ansiedad hace que tampoco se duerman esa tercera noche. Como realmente no tienen insomnio, logran dormir la siguiente vez, sin embargo, les da pavor volver a experimentarlo. Y este pavor hace que no vuelvan a dormir.
Una técnica sencilla para romper esto es acortar por una semana las horas de estar en la cama, por ejemplo, acostándose a las once y levantándose a las seis, siete horas. A las seis se levanta haya o no haya dormido. Eso le dará falta de sueño y hará que en pocos días duerma como un bebé en su camita.
La cama es para dormir, y para la intimidad, no para ver TV, el celular o para pensar en los problemas. Si quiere tener salud mental y física, mire a su cama como sagrada, manténgala ordenadita, limpia y libre de cualquier radiación, pues usted pasa una tercera parte de su vida ahí. Los aparatos electrónicos pueden emitir una radiación perjudicial para su salud, manténgalos alejados.
Su habitación debe estar ventilada, en silencio y sin luz. La luz estimula el cerebro, que piensa que ya es de día y entonces, se despierta. Hay personas que a medianoche suben a una etapa del sueño ligero, y lo primero que hacen es decir, ya me desperté, luego ven el reloj, revisan el celular o se ponen a ver TV; entre más luz vean, entonces ahora sí, más se despiertan.
Usted, abandónese cuando ponga su carita en la cama, confíe en que descansará, sin desear dormir. Haga tres estiramientos de su cuerpo, acompañados con bostezos. Si se despierta, agarre de nuevo el sueño que estaba teniendo, continúe haciendo lo que estaba haciendo en ese sueño. Quédese quieto, sonría y piense que su cama es lo más sabroso que hay en el universo.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione, “dormir bien, es vivir bien y por más tiempo”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo