Ni vos tampoco…, ya que capté su atención, según Buda Sidharta Gautama decía que “El conflicto no es entre el bien y el mal, sino entre el conocimiento y la ignorancia”. El posible colapso de las identidades del Estado, desde Ministerio Público hasta el Ministerio de Comunicaciones, es debido a la inutilidad y corrupción que prevalece en el país a diario. Todos vemos conflictos en el trabajo, en las carreteras, en la sociedad, en casa o incluso en la cola del supermercado. Los conflictos forman parte de la cotidianeidad de nuestras relaciones interpersonales, pero existen muchas formas de afrontarlos.
Muchos dirán que el bien no existe y el mal tampoco. Cada cultura asigna símbolos, valores y comportamientos que divide a nuestra sociedad; aquello que es el mal y aquello que es el bien. Toda la referencia nace del chamanismo natural y los pensamientos de carácter religioso. La necesidad del mal justifica actos y acciones que se oponen al bien. Es un tema importante a la hora de observar a los grupos, sectas y poblaciones. Lo que sí es cierto es que sin ignorancia no habría conocimiento. Para que haya luz debió existir oscuridad, y para que haya malo tuvo que haber bueno. Es evidente que la peor de las bestias es la ignorancia. Recientemente, escuché a alguien argumentar que la ignorancia es peor que el mal. El argumento afirmaba que, si bien la estupidez podría no ser directamente dañina, solo se necesita un villano para convertir a su nefasta causa a tantos tontos como pueda encontrar. Si no echémonos un recorrido en nuestra política, TV nacional, Congreso y las calles de Guatemala. Algo como la frase de Checo Franz Kafka “Un idiota es un idiota. Dos idiotas, son dos idiotas. Diez mil idiotas son un partido político”
Me resulta difícil refutar. Siempre he tenido gente que me ha llamado arrogante por arremeter contra la ignorancia cada vez que puedo. A menudo me he insultado por la misma razón. Es indiscutible que tuve suerte en mi educación. Si bien no nací en un entorno económico privilegiado, tenía una familia apasionada por aprender que me inculcó una curiosidad que no todos los que me rodeaban en la escuela tenían. Sin embargo, la ignorancia es principalmente una elección una vez que se nos ha sido revelada. Todo el mundo tiene suficiente acceso a suficiente información para dejar de ser tonto. Todo lo que se necesita es la conciencia de que somos tontos y la determinación de hacer algo al respecto.
¡Al final es más peligrosa que la ignorancia sea una ilusión del conocimiento! Todos hacemos conjeturas fundamentadas. Si hacemos una suposición equivocada en nuestra vida privada, las consecuencias suelen ser inofensivas. Por ejemplo, si necesito que alguien venga a pintar mi casa, asumiría que el contratista que haya trabajado más tiempo haría el mejor trabajo. No soy un experto en el área, pero a veces solo necesitas tomar una decisión basada en un presentimiento o en una comparación rápida de tus opciones. En el peor de los casos, a mis paredes les faltaría una capa de pintura. Es esencial que las personas adecuadas en el área pública sean idóneas para el puesto, pero resultan todo lo contrario porque al final terminan siendo unos grandes inútiles, corruptos y sinvergüenzas.
Hay muchos más pros y contras de ser ignorante. Es una maldición para el país más hermoso de Centroamérica. La maldición es que a veces siento que vamos camino a la extinción de todo lo que nos rodea. Por supuesto que quiero cambiar las cosas malas para que sean buenas, pero es muy difícil volverme sensible a los demás, más cuando hay cada imbécil. Aunque la gente se queja mucho, reflexioné sobre mí mismo y según mi experiencia, las personas ignorantes tienen más probabilidades de infligir infelicidad a otras personas. Si la ignorancia da la felicidad, ¿es la inteligencia sinónimo de tristeza? Sí. Estaba mucho más feliz antes de descubrir que esto es cierto. Para concluir, la ignorancia genera el espejismo de una aparente felicidad, mientras que la realidad-conocimiento te golpea la cabeza repetidamente, pero te hace más fuerte, y al final, la felicidad que queda es real y dura para el resto de la vida.
P.D ¡Salud por la gente que nos conquistó, los tontos que nos perdieron, los afortunados que vengan y el fútbol, la mejor medicina para los problemas!