En tiempos de Moisés, el pueblo de Israel salió huyendo de la esclavitud que sufría en Egipto, el pueblo de Israel. El abuso de poder y el maltrato experimentado por parte del faraón en Egipto, fue la causa de la huida del pueblo. Esta historia narrada en los primeros capítulos del libro del Éxodo se sigue repitiendo en nuestros días. Miles de personas salen diariamente para los Estados Unidos en búsqueda de mejores oportunidades para mejorar la vida de sus familias aquí en Guatemala.
Lamentablemente, “los migrantes huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo”, (Mensaje del Papa Francisco para el 29 de septiembre de 2024). Nuestra gente guatemalteca viaja por diferentes motivos; pero uno de los principales es mejorar las condiciones económicas en las que se encuentra en nuestro país. Unos logran mejorar la vida de sus familias; otros, terminan peor, por los obstáculos que encuentran en el camino o allá, en los Estados Unidos; y algunos otros, terminan con la muerte.
Se espera que las autoridades de gobierno se esfuercen por crear más fuentes de trabajo en nuestros pueblos, para evitar la salida de tantas personas de nuestra querida Guatemala. En términos generales, el gobierno debe invertir más en salud, educación y proyectos de desarrollo, tanto en las zonas urbanas como en las áreas rurales. Además de las áreas mencionadas, las autoridades deben mejorar la seguridad de los guatemaltecos y guatemaltecas, invirtiendo más en las instituciones encargadas de brindar seguridad a la población.
Los migrantes encuentran muchos obstáculos en su largo camino hacia los Estados Unidos: “Son probados por la sed y el hambre; se agotan por el trabajo y la enfermedad; se ven tentados por la desesperación. Pero la realidad fundamental del éxodo, de cada éxodo, es que Dios precede y acompaña el caminar de su pueblo y de todos sus hijos en cualquier tiempo y lugar”, (Francisco, 2024, pág. 15). Un buen porcentaje de migrantes católicos, vienen a pedir a la Parroquia una bendición para sí mismos y para la ropa que usarán en su camino. Algunos logran llegar; otros son capturados en el camino y devueltos a Guatemala; y más de alguno ya no regresa. Pero lo importante es que Dios los acompaña en su camino.
¿Qué podemos hacer quienes nos quedamos en Guatemala? Creo que lo mejor que podemos hacer los familiares en Guatemala es hacer oración por ellos. Esa es la razón por la cual la Conferencia Episcopal de Guatemala, en ocasión del Día mundial del Migrante y del Refugiado, ha preparado un Triduo del Migrante para el 27, 28 y 29 de septiembre. Independientemente de la religión que se profese, estamos invitados a unirnos en oración por los cientos de miles de migrantes que se han visto obligados a dejar su patria y su familia en búsqueda de mejores condiciones de vida.
Muchos de nosotros tenemos a algún familiar en Estados Unidos. Y esos familiares se rifan el físico trabajando muchas veces hasta dos o tres jornadas, para poder enviar a fin de mes unos cuantos dólares a sus familias. Pero muchos de ellos son discriminados y explotados. Nuestros migrantes nos cuentan la cara bonita de ser migrante. No nos cuentan las humillaciones sufridas por no hablar inglés y por nuestra apariencia física. Los migrantes necesitan de nuestras oraciones. Gracias por las remesas enviadas a Guatemala. Dios los proteja siempre.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.