El índice de progreso social como complemento del PIB.
Durante los últimos 84 años, el producto interno bruto —PIB— ha sido el indicador por excelencia utilizado globalmente para medir el bienestar económico de un país. Como sabemos, el PIB es la representación monetaria de la producción total de bienes y servicios de una nación en un periodo determinado, usualmente de un año.
El PIB fue creado en 1934 por Simon Kuznets, a petición de Estados Unidos.
De forma sucinta, puedo mencionar que el PIB mide la producción total de bienes y servicios generada por empresas e individuos en un determinado país. Cuando el PIB aumenta podemos entender que la economía va bien para “todos”, es decir, hay más dinero, y consecuentemente el consumo y el empleo se incrementan. Por ejemplo: cuando el PIB aumenta, más ciudadanos tienen efectivo suficiente para adquirir un vehículo, este vehículo requerirá de mantenimiento y hará que los talleres de mecánica aumenten sus ventas, y consecuentemente contraten más personal. Cuando el PIB disminuye sucede lo opuesto.
Como mencioné, el PIB es el indicador por excelencia para medir el bienestar económico, y de esa cuenta, el Foro Económico Mundial y el Banco Mundial han listado a las 10 economías con mayor crecimiento, siendo estas en su orden: Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, India, Italia, Brasil y Canadá.
Nuestro país crece en promedio 3.4% anual, y necesitamos crecer aproximadamente un 6% anual para avanzar mejor con la eliminación de la pobreza a nivel nacional. Localmente, de acuerdo a cifras del Banco de Guatemala, Quetzaltenango —departamento— tiene un índice de pobreza del 56 %, del cual, 16.70 % es extrema. Solo el 44 % de la población se clasifica como no pobre.
Falencias del PIB:
Aunque el PIB es un indicador muy importante para determinar el éxito económico entre las naciones, no tiene la capacidad de medir integralmente el bienestar de la población; el PIB no es capaz de medir la seguridad personal, el acceso y la calidad del agua potable, la inclusión, la salud, la calidad de la educación, el ambiente, etcétera. Mide el éxito financiero e ignora aspectos sociales y medioambientales.
Para el PIB la explotación de los recursos naturales es medida como crecimiento económico, sin importar el daño que cause a la población cuando dicha explotación ha sido realizada de manera irresponsable. El PIB deja de lado problemas reales. El mismo Simon Kuznets, creador del PIB, dijo, “difícilmente podemos inferir el grado de bienestar de una nación usando una medida de sus ingresos, como el PIB”.
Es hora de medir el progreso social, no solo el crecimiento económico:
Como complemento al PIB —sin desplazarlo—, anualmente, en varios países incluido el nuestro, se mide el índice de progreso social —IPS—, que considera 12 componentes no contemplados por el PIB, tales como: agua y saneamiento, nutrición y salud, vivienda, seguridad, medioambiente, información y comunicaciones, tolerancia e inclusión, libertad personal y de elección, entre otros, que en su conjunto representan el bienestar social.
En la medición realizada en 2016, Guatemala ocupa el puesto 87 de 133 países, que lo cataloga como un país de progreso social medio bajo. El puesto número 1 lo ocupa Finlandia, catalogado como un país de progreso social muy alto. Anteriormente mencioné que el Foro Económico Mundial y el Banco Mundial catalogan a Estados Unidos como el país de mayor PIB —crecimiento económico— a nivel mundial; de acuerdo al IPS, Estados Unidos ocupa el puesto 19, que lo cataloga como un país de progreso social alto, debajo de Finlandia, que no aparece entre los 10 países con mejor PIB mundial, pero que brinda mayor bienestar a su población. El puesto 133 lo ocupa la República Centroafricana, con un índice de progreso social muy bajo.
El PIB y el IPS son indicadores que se complementan entre sí, y juntos reflejarán mejor, el bienestar económico y social de la población.
Es importante que los quetzaltecos estemos atentos a estos indicadores, recordemos que solo midiendo podemos mejorar. Se espera que en el mediano plazo nuestra ciudad cuente con esta clase de información —local—, que sin duda nos ayudará a mejorar.
Contador público y auditor, profesor universitario, consultor empresarial y voluntario en desarrollo económico local y competitividad.