Constitucionalmente, todos los guatemaltecos (mujeres y hombres), en uso de sus facultades, tienen derecho a elegir y ser electos: este es un principio y pivote fundamental de toda democracia. Este principio, de ninguna manera justifica a que, los aspirantes a ocupar un cargo por la vía de elección popular, no sean consecuentes con contar con los requerimientos mínimos de capacidad y preparación que se requieren en y para el desempeño del cargo que se pretende alcanzar en la administración pública, sea a nivel nacional, municipal y departamental cuando estos últimos, también lleguen por un proceso electoral. Desafortunadamente, en el caso de Guatemala, exceptuando honrosas excepciones, la mayoría de quienes alcanzan el poder, no cumplen, conforme a lo deseable, con este requerimiento. Para decepción política en nuestro país, lo que debiera ser la regla, es la excepción; así lo confirma la experiencia histórica.
Las o los ciudadanos que llegan al ejercicio del poder: presidencial, municipal o departamental, representan a la ciudadanía del territorio geo político, dentro de su respectiva jurisdicción territorial; consecuentemente, deben ejercer el cargo con honradez, transparencia y compromiso político y social. Desafortunadamente, en nuestro país y en la mayoría de los casos, estas cualidades, están ausentes: también, desafortunadamente, la capacidad, la preparación y otras cualidades que se requieren, son substituidas por la improvisación, el empirismo, la incapacidad y algo no menos grave: anteponer los intereses personales, a los intereses de la sociedad.
Para no ir más lejos, basta con adentrarnos en el que hacer de las últimas administraciones, ahí, encontraremos la confirmación de esta percepción ciudadana. Reiterando las honrosas excepciones, a quienes han ejercido y ejercen el poder, hay que recordarle las palabras de Jesús, cuando, al defender a maría de Magdala de quienes la apedreaban, les dijo: al que se sienta libre de pecado, que lance la primera piedra.
Si nos tomamos la molestia de evaluar las últimas administraciones a nivel nacional, municipal y departamental, veremos, para decepción ciudadana y vergüenza de la mayoría de quienes han pasado y están en el ejercicio del poder por la vía de un proceso electoral, que son pocos los funcionarios que se salvan de una evaluación negativa; los resultados, están a la vista. Lo grave es que no son pocos los que han accedido al cargo, comprando votos, haciendo ofrecimientos que ya en el cargo son incumplidos y otras acciones demagógicas que serían largo de enumerar. Algo que, agregado a lo que venimos comentando, vale la pena destacar, es el triste papel de los improvisados e incapaces que llegan, especialmente, al Congreso Legislativo: los manipuladores y “viejos lobos de mar”, se aprovechan de ellos para llevar agua a su molino.
Así surgió el PACTO DE CORRUPTOS que sigue haciendo daño y dando patadas de ahogado en el legislativo. Estos, pues, por su ingenuidad e incompetencia, se convierten en marioneta de quienes, desde el congreso siguen defraudando a sus electores y a la sociedad. Hay un caso ilustrativo: en un evento, preguntamos a un diputado el por qué, aparecía como firmante de un acuerdo del pacto de corruptos: su respuesta, confirmó, lo aquí señalado: dijo que firmó y votó sin conocer el documento. Podrían mencionarse muchos casos más, pero, para muestra, basta un botón.
Si los aspirantes a ocupar un cargo por la vía electoral, se tomaran el trabajo de prepararse al menos, mínimamente, para desempeñarse en el cargo que buscan, la situación sería diferente pues, no llegarían a hacer el ridículo y desempeñarse como debiera ser y lo que es lamentable: llegan a disfrutar de prebendas y a devengar, inmerecidamente, un sueldo que todos los guatemaltecos, les estamos pagando.
Ya es tiempo de que, los aspirantes a políticos se preparen para alcanzar sus aspiraciones. Ya es tiempo de pasar a ser un político de altura, a seguir siendo un vulgar politiquero que es lo que tenemos en muchos cargos de la administración pública. Guatemala, lo reclama y necesita. Un colegio privado, con el aval de La Universidad de San Carlos de Guatemala, pensaba y piensa ofrecer, en plan fin de semana, UN DIPLOMADO para formación política de aspirantes a cargos de elección popular y desempeño en la administración pública. La crisis por la pandemia, lo impidió en febrero del año en curso. Esto sigue vigente y esperamos que, al terminar la crisis de pandemia, pueda ser aprovechado por los interesados. Es importante asimilar y digerir que, HAY DIFERENCIA ENTRE LLEGAR AL GOBIERNO, Y SABER GOBERNAR.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com