A nivel mundial se celebra el día del niño, en diferentes fechas, es una celebración anual dedicada a la fraternidad y a la “comprensión” de la infancia en el mundo. Esto fue instituido por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1954.
Los niños en estos últimos meses en nuestro país, demostraron como se pueden adaptar a cambios drásticos, que tal vez a nosotros como adultos nos lleva un proceso más largo y difícil. Existieron cambios dentro del entorno familiar, aprender de nuevo a estar más tiempo con la familia, a conocerse más profundamente, existieron cambios en los métodos escolares, convertirse a educación virtual de un momento a otro, fue una oportunidad que los colegios, escuelas, padres y maestros tuvieron para crecer, algunos lo lograron y otros no, los que lo lograron ¡felicitaciones! y a los que nos encontramos aun en la búsqueda de esta adaptación, a veces es importante parar un momento evaluar y continuar.
En algunos momentos he podido platicar con otros padres de familia, que tuvieron que adaptarse a estos cambios, en varios de nosotros existe el reconocimiento de un dolor, porque en algunos momentos la combinación de frustración, estrés, inestabilidad económica, falta de empleo, deudas, etcétera, que estos cambios ocasionaron en la población adulta (los padres), se reflejaron en el hijo con maltrato, con palabras duras, fuertes, con castigos físicos, emocionales…, especialmente por el proceso educativo.
Hoy donde leo muchas veces Feliz día del niño, me entra una nota de nostalgia de ver que han pasado 7 meses de oportunidad de poder aprender a disfrutar de los niños en casa, de poder reír con ellos, de poder jugar ¿cuánto tiempo habíamos pasado sin jugar, pintar, cantar, soñar, sin reír a carcajada suelta junto a ellos?
Los padres muchas veces por las exigencias de nuestro diario vivir, por las responsabilidades adquiridas, llegamos a casa, estamos cansados, agotados física y emocionalmente, pero al llegar a casa sucede una magia increíble un abrazo, un beso, oír unos pasitos que vienen corriendo hacia ti con la ilusión de no haberte visto un tiempo con palabras como ¡Papito! ¡Mamita!.
Sé que esta no es la realidad de muchos, porque hay algunos niños que cuando se acerca la hora en que papa o mama vengan empiezan a sufrir, a temer.
Celebrar a los niños, celebrar lo que enseñan, celebrar un beso, un abrazo, una sonrisa, pero sobre todo hay algo que valoro profundamente y es la capacidad de perdón que un niño tiene hacia sus padres, algunas veces los niños son maltratados física o emocionalmente, pero casi de inmediato están dispuestos a brindar un abrazo un beso a sus padres. ¡tanto que aprender de un niño!
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.