En Guatemala se celebra el 01 de octubre de cada año el día del niño, dedicando ese día para recordar los derechos de los niños en el país. Originalmente a nivel mundial por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se emitió la Convención sobre los Derechos del Niño, que promovió la protección de los derechos de la infancia. Esta convención pretende impulsar en los países miembros cambios significativos especialmente en los derechos a la vida, supervivencia, salud, educación, servicios esenciales y sobre todo un entorno de protección que defienda a los niños y niñas de ser explotados o someterlos a violencia.
Desde hace meses, algunos ciudadanos han denunciado por medio de videos en reces sociales abusos cometidos por parte de sus progenitores hacia niños menores de edad; como consecuencia de esa denuncia ciudadana han actuado las autoridades rescatando a los niños poniéndolos en resguardo de la PGN, pero, el sistema de protección infantil aún no funciona por si mismo ya que no existen los mecanismos para detectar el abuso infantil a todo nivel.
En ese orden de ideas, el Decreto del Congreso de la República 27-2003, Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, establece en el artículo 4, que es deber del Estado promover y adoptar las medidas necesarias para proteger a la familia, jurídica y socialmente, así como garantizarle a los padres y tutores, el cumplimiento de sus obligaciones en lo relativo a la vida, libertad, seguridad, paz, integridad personal, salud, alimentación, educación, cultura, deporte, recreación y convivencia familiar y comunitaria de todos los niños, niñas y adolescentes.
En Quetzaltenango a simple vista pueden observarse faltas a los deberes del Estado para con los niños, basta con caminar por las calles y mercados de la ciudad, como la Terminal, la Democracia y darse cuenta de que hay decenas o centenas de niños en edad escolar trabajando en los buses urbanos y extraurbanos, en las tiendas, tortillerías, en los parques lustrando zapatos o como vendedores ambulantes, entre otros trabajos.
En los semáforos hay niños limpiando vidrios o vendiendo artículos, una escena fuerte es ver que en el semáforo del tinajón (como en otras calles) una señora mantiene a dos niños en un carruaje pequeño, sentados uno encima del otro mientras ella ofrece artículos de carro en carro.
Mas que celebrar un día, las autoridades deben velar por prevenir que los niños caigan en redes de trata de personas o vean su futuro truncado a causa de una sociedad indolente que se acostumbra a escenas dignas del tercer mundo sin que cause indignación o acciones por parte de las instituciones gubernamentales que deben velar por la niñez de este país.
El niño y niña debe verse como una persona, un individuo que merece una familia y un entorno que le permita crecer y desarrollarse como miembro de una comunidad, con derechos y responsabilidades de acuerdo a su edad, para que en un futuro llegue a ser una persona útil a la sociedad.