Cuando enseñes, también enseña a dudar de lo que enseñes.
¿Sus niñas saben decir no ante una propuesta indecente? ¿Sus niños pueden desobedecer cuando un compañerito le dice que golpeen a otro? ¿Logran rehusarse ante un regalo de un desconocido? ¿Consiguen hablar cuando un conocido les dice: “no hables, ese será nuestro secretito”?
En sociedad hemos creído que para agradar a alguien tenemos que condescender ante todo lo que diga, haga o pretenda. Que debemos hacernos amigos de todos, entonces no les podemos llevar la contraria. Que es ofensivo dudar de alguien, de sus intenciones, propuestas e ideas. ¿Se ofende cuando alguien duda de usted?
Para que nuestros niños aprendan a decir NO, deben entrenar una respondencia enérgica ante algo que les perjudique: “¡NO a lo que me hace daño!”. O haga daño a los demás o a las instituciones. “Yo estoy bien, tú estás bien, ella está bien”. Ella, es la institución en la se encuentren. Inteligencia es, que yo como trabajador de un negocio estoy bien, el cliente está bien y la institución está bien. Astucia es, que yo estoy bien, aunque el cliente salga perjudicado y la institución se deteriore.
Para ello hagamos juegos en casa y en la escuela, donde los niños vayan practicando dudar de las ideas, refutar conclusiones, comprobar afirmaciones. En la sobremesa, se pueden hacer debates sobre diferentes temas, juegos donde se salten las reglas, reformular las normas impuestas. Se pueden montar laboratorios donde se pongan a prueba las supuestas evidencias que presenta alguien. Hacer investigaciones donde se corrobore la información dada por alguien. Jugar a ser investigador privado.
De esta manera van aprendiendo a analizar, argumentar y razonar. También a investigar bibliográficamente, socialmente, cuantitativamente, cualitativamente. Y a sacar nuevas conclusiones, donde argumenten, evidencien y presenten el método de investigación para que otros también puedan corroborar su aporte.
No nos podemos tragar todo lo que nos dicen, es necesario tener un pensamiento crítico bien formado. Que las nuevas generaciones se sientan cómodas ante la transparencia, la duda metódica de todo, incluso de aquello que históricamente nos han dicho que es pecado dudar.
Que se discutan ideas y acciones, tomando en cuenta las emociones. No discutir ni atacar personas. Esto nos llevará a una mejora continua de la sociedad por la misma sociedad. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Saber desobedecer, es tan importante como saber obedecer”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo