Al iniciar el proyecto de un nuevo año, nuestro cerebro se llena de deseos, quizá porque oímos tanto en los medios de comunicación, con familiares y amigos aquella frase: Te deseo un buen año.
Un deseo es el interés que tiene una persona por conseguir algo en concreto, por ejemplo, quiero ganar mi año escolar, ese deseo genera como consecuencia una emoción cuyo objetivo es generar acciones en la persona para alcanzar que ese deseo se cumpla, al momento de convertirse en acción esto se convierte en meta.
Los deseos sí se cumplen cuando ponemos a nuestros sueños fechas, tareas, estrategias y las cumplimos, además estamos pendientes de no caer hábitos de riesgo, tendremos más probabilidades de éxito, bien entendido, ese que significa conseguir lo que se quiere.
Muchos deseos se quedan sin cumplir, porque, en ocasiones nos olvidamos de lo más importante: la acción. Y en vez de pensar en tareas realistas que nos acerquen a lo que deseamos, divagamos en múltiples cosas, o no pedimos ayuda, algunas veces nos autosaboteamos escuchando comentarios que nos dicen que no lo lograremos, que no va a funcionar o nos quedamos en una zona de confort donde no nos arriesgamos a intentar por miedo a sentirnos fracasados temiendo que nuestro plan no funcionara.
Los deseos si se pueden cumplir, poniendo atención a lo que nos puede frenar en el camino. En principio debemos ser realistas y colocar metas que podamos lograr, para no quedarnos atrapados en la sensación de impotencia, debemos además estar conscientes del tiempo para poder colocar metas a corto y largo plazo, pero esto no nos debe robar tiempo para nosotros mismos, muchas veces cuando queremos lograr algo económico nos ponemos a trabajar, considerando esta la forma más realista de alcanzar el deseo, pero en ese proceso de planificación se nos olvidó incluir nuestro adecuado descanso, el tiempo para poder alimentarnos adecuadamente, para poder convivir con los demás y al final del tiempo podemos perder la salud y la vida en esa “locura” por conseguir algo que hemos planeado sin considerar estos aspectos importantes. Esto nos llevara a priorizar y a determinar lo que se debe hacer urgente y lo que no.
Ser muy perfeccionista puede llegar a frenarnos porque nos frustra ver que no sale como planeamos, esto nos lleva a determinar claramente las expectativas que tenemos sobre nosotros y los demás. Considerar que algunas veces van a existir tropiezos, errores que debemos aprender a pasar para poder continuar, evaluar también es importante para poder re plantearnos los objetivos y los tiempos para conseguir las cosas y sobre todo las estrategias para alcanzar lo que deseamos.
Somos dueños de nuestro destino. Somos capitanes de nuestra alma. – Winston Churchill
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.