En Quetzaltenango existen un sin número de cantinas y tiendas que venden licor que están fuera de control debido a que están ubicadas en áreas residenciales, áreas recreativas, o dentro del perímetro de centros educativos públicos y privados, además existen muchas tiendas en donde se vende licor y se permite que los clientes consuman en los locales hasta altas horas de la noche.
Además de la venta de licor en horario no permitido, como consecuencia se generan escándalos en la vía pública y lo que es pero los pilotos ebrios manejan sus vehículos provocando accidentes dejando como víctimas a personas inocentes. Además de lo anterior no existe coordinación entre las instituciones que deben velar por el cumplimiento de las normas ni verificar si realmente son tiendas o cantinas.
Basta dar un recorrido por las principales calles y avenidas de la ciudad para corroborar que en la calle del calvario hacia Nuevo León están instaladas más de 25 ventas de licor mezcladas y cercanas a centros educativos de nivel pre primario, primario y nivel medio, ya no se tiene el cuidado de guardar la distancia correspondiente. Otro problema es la venta de licor a menores de edad, que no es controlada por ninguna institución.
Según esta establecido en diferentes normas, para vender licor se necesita un aval municipal, una licencia sanitaria, un estudio de impacto y una certificación de CONRED, entre otros requisitos, máximo si además de vender licor se utilizará sonido alto. Pero no existe un protocolo funcional para la autorización ni para la supervisión y control del funcionamiento de estos locales.
Otro sector en donde se encuentra muchos expendios de licor es el sector del Calvario, la zona 2 de Quetzaltenango, el Centro Histórico, y algunas gasolineras que tienen tienda de conveniencia y venta de licores. Es importante que no se verifiquen solamente los permisos y los expedientes porque en papeles sino también como funcionan en la realidad estos locales.
Los Consejos Comunitarios de Desarrollo -COCODES- tienen una gran labor en este sentido porque deben estar atentos ante la instalación de locales para la venta y expendio de licores porque son la primera voz de alarma para que cada sector se oponga o verifique si los locales son adecuados o son un riesgo para la niñez y juventud. Además, los alrededores de estos locales se convierten en baños públicos, basta con pasar en la 14 avenida para verificar el estado deplorable y en que queda después de viernes, sábado y domingo. El área de salud también debe supervisar estos locales ya que en la mayoría de los casos se limitan a extender la licencia sanitaria, como requisito meramente de cumplimiento, pero no se presentan a los locales a verificar las condiciones en las que se están vendiendo las bebidas alcohólicas en cantinas, bares y discotecas que finalmente no guardan todas las medidas sanitarias correspondientes, y gobernación departamental tampoco ha realizado supervisiones para establecer el funcionamiento de las cantinas disfrazadas de tiendas.