Una imperiosa necesidad de ordenamiento y planificación
La palabra desarrollo es un término de amplia utilización en contextos variados, que generalmente refiere estados mejores de bienestar presente o futuro; es decir, la manifestación de ciertas condiciones dadas a otras mejores.
En este contexto, entenderemos como desarrollo económico de la ciudad, al proceso concertado que mejora a la economía y a la sociedad en un territorio, con miras a elevar las condiciones de vida de sus habitantes. Al referirme a la palabra concertado, lo hago bajo la premisa de que el desarrollo económico local (por su acrónimo DEL), es posible con la participación de diversos actores del municipio: gobierno municipal, sector privado, academia, sociedad civil, principalmente; considerando que el DEL se posibilita con recursos institucionales, financieros, naturales; y sobre todo, con alianzas entre los actores.
Las alianzas contribuyen a identificar las necesidades reales del municipio (legitimidad), para luego priorizarlas con el respaldo de la población. Por supuesto que el garante será el gobierno municipal, la integración del resto de actores será bajo el derecho de participación, que asiste a todos para influir en las decisiones de nuestras autoridades.
Es obligación del gobierno municipal atender el desarrollo económico local
A los ciudadanos nos asiste el derecho de participación; sin embargo, es obligación del gobierno municipal atender el desarrollo económico. Esto fundamentado en algunos estamentos legales: nuestra Constitución Política de la República de Guatemala refiere en el artículo 253, literal c) que dentro de la autonomía municipal corresponde “atender los servicios públicos locales, el ordenamiento territorial y el cumplimiento de sus fines propios”. Asimismo, el párrafo último indica, “para los efectos correspondientes emitirán las ordenanzas y reglamentos respectivos”. Por su parte, el artículo 255 refiere, “las corporaciones municipales deberán procurar el fortalecimiento económico de sus respectivos municipios, a efecto de poder realizar las obras y prestar los servicios que les sean necesarios”.
El Código Municipal en su artículo 3, que norma la autonomía municipal, en su parte conducente expresa, “…atiende los servicios públicos locales, el ordenamiento territorial de su jurisdicción, su fortalecimiento económico y la emisión de sus ordenanzas y reglamentos”. También el artículo 67 de esta norma, refiere, “el municipio, para la gestión de sus intereses y en el ámbito de sus competencias puede promover toda clase de actividades económicas, sociales, culturales, ambientales, y prestar cuantos servicios contribuyan a mejorar la calidad de vida, a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la población del municipio”. Así también, encontramos al artículo 36, numeral 4 de este código, que norma la organización obligatoria de la Comisión de fomento económico, turismo, ambiente y recursos naturales, que por cierto siempre se organiza pero que se sabe poco de sus resultados.
Una imperiosa necesidad de ordenamiento y planificación. La teoría sin práctica:
Al darnos un baño de realidad vemos a nuestro municipio con un rumbo incierto, nadie sabe para dónde va; lo visible para todos es: infraestructura abandonada (que por cierto es un mal nacional que no debe consolarnos), servicios públicos poco ágiles y subsidiados, crecimiento alarmante de la economía informal que no tributa pero que utiliza los servicios municipales, inseguridad personal y patrimonial, un pésimo servicio de transporte colectivo que no se solucionará con el cambio de unidades, cortes de energía eléctrica que a diario vivimos y que nos hacen recordar la ineficiencia de corporaciones anteriores que no resolvieron oportunamente el aprieto de la aparente deuda ante el INDE, que viene desde el año 2009 por un contrato que nace en 1978.
Por otro lado, la actual corporación municipal afirma esfuerzos importantes para ordenar la casa; situación plausible porque todos someramente conocemos el estado de nuestra municipalidad. Sin embargo, el tiempo no perdona y la ciudad necesita resultados de impacto. La ciudad necesita un norte, una planificación adecuada que ordene el desarrollo, y que se caracterice por una visión común que sea aceptada por la mayoría.
Disculpe el lector si concluyo con un panorama desalentador, en la siguiente oportunidad abordaré iniciativas ya encaminadas que auguran cambios en el municipio.
Contador público y auditor, profesor universitario, consultor empresarial y voluntario en desarrollo económico local y competitividad.