Veamos un poco la historia ya que 90 por ciento de la población sufrimos de simplemente de amnesia. En Guatemala quedo claro que hubo conflicto bélico nacido de la insurrección socialista. En enero de 1985, demagogos, empresarios, banqueros, ciudadanos, militares y corruptos políticos tuvieron la esperanza de abrigarse a unas elecciones libres y con un gobierno democrático para así solución los problemas nacionales que en ese tiempo no eran tan graves como los que vivimos ahora. El año fue 1985 , la democracia se perdió en el desagüe, ya que todo terminó en el comienzo de una longeva y epidémica corrupción gubernamental, que solo permitió que cualquiera, desde un sínico y matón (Portillo) , payaso e imbécil (Jimmy) y un hijo de la gran puta (Giammettei) llegara a gobernarnos.
En Guatemala, donde el uno por ciento de la población lee de 800 a mil palabras por minuto con 80 por ciento a 100 ciento de comprensión a lo leído según un estudio realizado por Innova Reading.
Tenemos una economía que no crea fuentes de trabajo, sino solo necesidades; un sistema social en el que reina la violencia, el desorden y una continua pérdida de fe en la justicia, la democracia en este siglo no significa más que enraizamiento de las desgracias sociales. Por más que haya beneficiado a populistas dirigentes de ideologías extremas, que han salido de la pobreza con el dinero del pueblo.
Tuvieron dos años para preparar las escuelas para el regreso a clases fuera seguro. ¿Qué hicieron? A parte de nada… En el área de Salud, además que el 50 por ciento de las personas diagnosticadas con Covid 19 son hombres y el 49 por ciento mujeres y el uno por ciento no se tiene registro.
Y así, Guatemala quedó estancada en el tiempo 1985, ya que durante esta llamada “democracia” solo hemos crecido en población, tráfico y necesidades. En este año cumplimos 37 años de aquellas primeras elecciones generales que debían fortalecer la democracia y propiciar el progreso, la legalidad, la ilusión de una mejor Guatemala para todos. Habría que preguntarnos si la democracia fue la culminación de un proceso interno nacido en Guatemala y si fuera así, porque se degeneró insalvablemente hasta hoy. Millones de personas en Guatemala están aún sumergidas en la miseria, otros en la pobreza y algunos en la sobrevivencia del día a día. Cierto es que una población digna no puede esperar limosnas. Pedirla a la población esfuerzo económico para levantar el país, mientras la clase política no renuncia a ningún privilegio, es de tener muy poca vergüenza y puro descaro total.
Pero, cierto es igualmente, que hoy en Guatemala no hay condiciones que estimulen el trabajo honrado y productivo en tanto si seguimos con una democracia, como dijo demagogo Alfonso Portillo en su tiempo “de las carreteras, no se come…” y como ahora tenemos una democracia que da risa, les dejare la frase y es de nuestro más idiota de todos los exmandatarios Jimmy Morales “al señor que quiere construir el muro, le ofrezco mano de obra barata”. Pero, el más sinvergüenza Giammettei no se queda atrás: “que ahora en adelante, todas mis decisiones importantes las tomare lanzando la ficha”.