El presente año dio inicio con un evento que marcara la economía del mundo para los próximos años, sin saber hasta que punto afectará y la fecha de finalización de dichos efectos. Sabemos cuando inicio el conflicto armado, pero desconocemos su finalización. Lo seguro, sin temor a equivocarnos, es que las finanzas familiares serán perjudicadas. Como siempre el efecto mayor será para los pobres, los que rebasan el 60%, en promedio para el caso de Guatemala, llegando hasta más de un 90% en algunos municipios.
El país no se había recuperado de los efectos del COVID 19, que dejo a su paso la pérdida de un gran número de plazas de trabajo, obligando a muchos a trasladarse al empleo informal o al subempleo. Todos los indicadores sociales son negativos, la desnutrición en niños, la migración, la delincuencia, aumentaron. A no ser por los migrantes, quienes con su esfuerzo enviaron miles de millones de dólares, con los que fortalecieron el consumo, y con eso, mejoraron la economía. Ahora se viene la crisis mundial por la guerra.
Los combustibles fueron los primeros afectados en el precio. A mediados del 2020 el precio era 100% más bajo, del que hoy estamos pagando. Los embargos impuestos por varios países a Rusia afectaron significativamente. En economías dependientes como la guatemalteca, el precio de los productos de la canasta básica se ven presionados cuando sube la gasolina, el diesel y el gas propano. Pero estos insumos no son los únicos.
Aún no se habían manifestado los efectos de la escases de insumos, el aumento de precios del transporte marítimo y aéreo, cuando se presento la guerra. Se viene una crisis de alimentos a nivel mundial, ¿estamos preparados?.
Hace unos días el Papá Francisco expreso las siguientes palabras durante la audiencia de los miércoles en la plaza San Pedro: “»Dirijo un apremiante llamamiento para que se hagan todos los esfuerzos para resolver esta cuestión y para garantizar el derecho humano universal a la alimentación. ¡Por favor, que no se use el trigo, alimento básico, como arma de guerra!», en este contexto la ONU teme, lo que ha llamado: “Huracán de Hambrunas”. Esto significa, para los países más pobres, que vendrán tiempos difíciles, si eran millones los que no tenia alimento, ahora podría contabilizarse en billones, y si no se resuelve pronto, trillones de humanos a nivel mundial.
A nivel mundial la inflación va en aumento. Estados Unidos registra la más alta en los últimos años, al igual que la mayoría de países de Europa, África, y Asia. Según estimaciones de los entes reguladores, el crecimiento económico a nivel mundial no superará el 3.5%.
En este contexto los guatemaltecos nos encontramos totalmente desprotegidos. No existe datos reales y mucho menos confiables. El censo realizado años atrás fue una pérdida de doscientos millones. Los datos erróneos. Sin saber cuantos habitantes hay en el país no es posible planificar, y mucho menos atender las necesidades primordiales. La entidades gubernamentales han ocultado la realidad del país, un incremento indiscriminado y generalizado de los precios amenaza a los más desprotegidos. Ahora se viene un incremento en la tasa de interés. Nuestra salvación, desde ya hace varios años, han sido las remesas, y lo seguirán siendo. Afortunadamente estas siguen en alza. Aunque no queramos reconocerlos, también la economía subterránea ayuda en esta crisis, debido a que esta distorsiona las variables económicas.
Para ajuste de males el gobierno esta más preocupado en proteger a los grandes empresarios, como los importadores de combustible, los productores avícolas, ganaderos, entre otros. Esto se manifiesta atacando frontalmente el contrabando, acción que beneficia al empresario y perjudica al consumidor. Las acciones debieran ir por el lado de liberar la importación de pollo, huevo, cereales, entre otros, y con arancel cero. Pero esto no esta en la agenda del actual gobierno, al contrario.
La pequeña y mediana empresa también sufrirá varios efectos, como la persecución fiscal, incremento de los costos, disminución de las ventas, aumento de las tasas de interés, entre otros.
Se vienen tiempos difíciles para todos, excepto para los grandes empresarios, y para los políticos que tiene recursos a manos llenas, obtenido de prestamos, los que tendremos que pagar en los próximos años. Piénselo, en las próximas elecciones no se equivoque.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.