Cuatro años han transcurrido desde que también, estábamos en plena campaña electoral. Comparada con la presente, había más entusiasmo; el número de partidos era mucho menor y, en consecuencia, también el número de candidatos, incluyendo los comités cívicos. Recién se había registrado en el país, un movimiento cívico, político y popular, de mucha trascendencia: el cochinero y la corrupción donde, además de otros peces gordos, los principales protagonistas eran, nada más y nada menos, que el presidente y vice presidenta de la República. Lo que sucede a partir de este escándalo de impacto nacional e internacional, son del dominio público e insistir en ello, sería una tautología innecesaria. No obstante, vale la pena destacar que, este antecedente, estimuló la participación ciudadana, talvez porque los electores pensaron que lo hecho por los corruptos y mafiosos que habían gobernado los cuatro años por concluir, serviría de ejemplo para que, en el período siguiente, no sucediera lo mismo; tremendo error y mayúscula equivocación: los votantes se equivocaron pues, los resultados están a la vista, por dondequiera que lo veamos. El anzuelo fue, a nivel nacional, el lema de campaña de “NI CORRUPTO, NI LADRÓN” que se presume, resultó lo contrario y en el caso de Quetzaltenango, dado el antecedente (que ya se rumoraba) dela administración municipal anterior, optar por alguien políticamente desconocido que realizó una modesta campaña, pero la suerte lo favoreció pues trascendió coloquialmente que ni él lo creía cuando, los también incrédulos, frente al resultado de la votación, llegaron a informarle a su casa que había triunfado en la elección. Esto confirma que cuando se tiene suerte, el saber y la experiencia, nada importan. Que se puede ganar la lotería, sin comprar número. Hablar de CUATRO AÑOS PERDIDOS. ENTREGARÁN UN QUETZALTENANGO PEOR DE COMO LO RECIBIERON”, no es casual ni una crítica mal intencionada; es producto de una percepción objetiva, de un secreto a voces y puedo asegurar, también, derivada de la opinión rescatable de una considerable mayoría de la población de Quetzaltenango; de tantos y tantos comentarios que se escuchan por todos lados, en diferentes lugares y a todas horas. Repetir a quienes deberían escuchar lo que tanto se ha señalado y la inconformidad ciudadana, sería chocar contra un muro de contención e indiferencia por parte de quienes, en vez de escuchar las inconformidades ciudadanas, se han encerrado en un círculo impenetrable diferente a lo esperado por los ciudadanos que, con su voto, los tienen en el cargo que ocupan y el vecindario que, con sus impuestos y pago de deficientes servicios municipales, financian y sostienen los sueldos y dietas que perciben.
Lo que sí resulta intencional, es tratar de mencionar, concretar y puntualizar, unos pocos de los tantos señalamientos específicos que se podrían destacar y respaldan la diferencia entre el Quetzaltenango que recibieron y el Quetzaltenango que entregarán, al finalizar la actual administración municipal. Sin ignorar el o los deterioros que heredaron de la administración anterior, veamos algunos de los tantos: son muy pocas, pero muy pocas, las calles en total buen estado; deficiencias por los cortes de energía y el alumbrado público: en la calle de mi domicilio, un vecino puso una lámpara y, un servidor, puso una lámpara solar, para corregir la obscuridad; el cúmulo de sesiones, no se refleja en un mejor servicio municipal pero sí demuestra la intención de aumentarse el ingreso por dietas; con el problema de las inundaciones y drenajes, siguen confesando la falta de coraje y voluntad política para enfrentar el problema: quienes lo hagan, pasarán a la historia; el Centro Histórico, da tristeza, por decir lo menos: los parques, especialmente el central, se han vuelto un mercado, paseo para perros, comercio sexual, dormitorio de “bolitos”, consumo de drogas los fines de semana, derivados de ello y muchos etcéteras más; la inseguridad y asaltos, campean por todas partes; transporte urbano cada vez más desordenado y deficiente; recapeo tardío y con los problemas que se están presentando; un cementerio con deficiente servicio que en algunos casos, se ha convertido en refugio de delincuentes por falta de vigilancia; el comercio ambulante que cada día, implica mayores problemas; los mercados, no se diga; así, sucesivamente, podrían mencionarse muchos etcéteras más. Entre esto, y lo que falta por señalar, encontramos el por qué, la actual administración, entregará un Quetzaltenango peor, del que recibieron. Esto y algo de lo que prometan, será el reto y lo que habrá de enfrentar, la próxima administración, así que vayan preparándose.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com