Entrados esta vez en el tema ambiental, y en los múltiples intentos por reducir la contaminación del planeta, Deutsche Welle se preguntaba hace unos días qué tanto contamina internet. Varias actividades de la vida actual se han trasladado a la red, como enviar una carta, hacer un pago, entretenerse, comunicarse, y en eso parece que internet tiene la ventaja de reducir el uso de recursos físicos, como en el caso de las impresiones, al disminuir el uso de papel, por citar un ejemplo; sin embargo, en 2104 la BBC ya advertía sobre los contaminantes de las empresas tecnológicas.
Aunque lo que existe en la red no está físicamente, sí requiere de un soporte físico, lo que representa un modo de contaminación, como en el caso de los dispositivos. Para este año, según DW, se estima que el uso de internet representa cerca del 8 % de toda la electricidad que se genera en el mundo, y seguirá en aumento.
Mientras que esta semana, una nota de prensa daba cuenta de cómo algunas de las acciones para reducir la contaminación han resultado contraproducentes; la energía eólica, cuyos aerogeneradores matan a miles de aves; las consecuencias de los biocombustibles al reducir la siembra para consumo; entre otros. Es cierto que también estas investigaciones y datos suelen tener un trasfondo, que es la misma lucha entre a quienes les conviene empresarialmente que se posicione una industria u otra.
Lo que es inevitable es que ante el avance que hemos alcanzado, difícilmente se puede retrotraer la contaminación actual con el estilo y sistema de vida que se lleva. Habrá algunas formas de disminuirla, surgirán alternativas, pero que al final de cuentas tendrán sus propias consecuencias, en algunos casos peores que las del problema que intentaron solucionar. Toda acción requerirá de energía y del uso de recursos, y eso implica desde ya un impacto; no se puede apartar tampoco el hecho de que este sigue siendo un tema que también se utiliza con frecuencia para desviar la atención cuando a los gobiernos, empresas o instituciones más les conviene. En esto también hay mucho doble discurso, considerando que de varios de los países que dicen haber reducido los niveles de contaminación, provienen los dueños de muchas de las industrias más contaminantes.