Como escribí la semana anterior, en Totonicapán y en la mayoría de los departamentos del país, todas las actividades sociales, culturales, religiosas, deportivas y económicas están volviendo poco a poco a la normalidad sin embargo lamentablemente no se observa en muchos casos, los protocolos de sanidad dictadas por la autoridad competente.
Por supuesto, hay actividades que después de seis meses de irregularidad, se vuelven imprescindibles, la gente que vive del día a día necesita salir a buscar el sustento diario para su familia, lo ha estado haciendo, pero, necesita más seguridad -seguridad integral- para desplazarse de un lugar a otro, y es ahí donde surge la cadena con el sector de transporte extraurbano de pasajeros, dicho sea de paso, lamentablemente no hay vigilancia por parte de las autoridades correspondientes para hacer cumplir las normas sanitarias. Solo para citar un ejemplo: En Cuatro Caminos, San Cristóbal Totonicapán, los microbuses que se desplazan de ese lugar hacia la Ciudad Capital y puntos intermedios, están transportando más del 50% de su capacidad, el uso de alcohol en gel, definitivamente brilla por su ausencia, reitero, es necesario que personas vinculadas con los Centros de Salud, sean destacados a ese lugar para hacer cumplir la ley, caso contrario, el repunte de la COVI 19 será imprevisible.
Hay otras actividades como la deportiva, definitivamente no es prioridad aún, la vuelta ciclista a nuestro país desde cualquier punto de vista, no debe realizarse, además es casi seguro que ningún país extranjero enviará a sus ciclistas a participar, las razones son obvias, entonces dicho evento solo servirá para justificar gastos por parte de la Federación Nacional de Ciclismo, es decir, un poco más de corrupción. Se supone que el gobierno ha estado ampliando el estado de calamidad, precisamente para mitigar a COVID 19, pero con esos eventos intrascendentes, se está haciendo todo lo contrario, entonces uno se pregunta, cuál es la verdadera intención del gobierno de ampliar cada vez más el estado de calamidad.
El tablero epidemiológico de MSPAS actualizado hasta el 18 de septiembre, los municipios con color rojo representan el 49%, con color naranja el 30% y con color amarillo el 22 %, aunque a decir verdad, dicha información esta maquillada, sea ésta hacia arriba o hacia abajo, en fin, simple y sencillamente la población desde hace rato le perdió la confianza al Sr. Giammattei llegando a tal grado, muchos dudan que el presidente está infectado por COVID 19. Qué triste cuando a uno ya no le creen.
Giammattei como todo político guatemalteco, nos ilustra en vivo y a todo color, la evolución de su curación, incluso, dice que, con medicamento como Ibuprofeno, vitamina D, Zinc, pueden contrarrestar a COVID 19, sería interesante hacer números para saber si al fin podemos conocer dónde está el dinero, porque esas medicinas definitivamente no valen millones y millones de quetzales.
Hablando de millones de quetzales, es inaudito lo que está pasando en el hospital nacional José Felipe Flores de Totonicapán; se le asignó 20 millones 232 mil 469 quetzales para atender la emergencia de COVID 19, sin embargo, el 18 de agosto se le retiró la suma 6 millones 554 mil 750 quetzales es decir el 32.39% casi un tercio de ese presupuesto, al 31 de agosto se ha ejecutado el 44.09%, de ese porcentaje de dinero, se ha gastado en Elementos y compuestos químicos la suma de 2 millones 715 mil 400 quetzales, en mobiliario y equipo médico-sanitario y de laboratorio la suma de 800 mil quetzales, mientras que por servicios médicos-sanitarios se ha desembolsado la suma de 826 mil 451 quetzales con 62 centavos, así, a ojo de buen cubero, nos damos cuenta que, el salario de médicos, enfermeras, etc., está muy por debajo de otros gastos. La situación es muy compleja e invita a profundizar en el tema, el hospital tiene disponibles 25 camas, pero, solo tiene 9 ventiladores pulmonar.
Ahí la dejo, seguiré informándoles en breve.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.