Todos conocemos o hemos escuchado la famosa Ley de Newton que dice que cada acción tiene una reacción de igual magnitud, pero en sentido contrario.
En otro contexto cada acción que el ser humano realiza en el medio ambiente también tiene una consecuencia, estoy absolutamente convencida que todo lo que Dios creo lo hizo no solamente bello sino con una finalidad, sin embargo, las únicas criaturas que pierden de vista esto es el ser humano y es que cualquiera que sea la actividad que el hombre realice provoca un impacto en el medio ambiente, este puede ser positivo o negativo.
En los últimos días, todos hemos experimentado como el clima se ha modificado, cambio generando por el calentamiento global derivado del efecto invernadero, incremento de las actividades humanas contaminantes, quema de combustibles fósiles y la deforestación, entre otros.
Esta última resulta más relevante de lo que nos imaginamos o de lo que parece, puesto que a través de la vegetación el desequilibrio provocado por estas emisiones de gases se podría equilibrar de manera natural.
Recientemente, tuvimos una actividad la cual requería que dejáramos limpio el lugar donde se desarrolló, la medida que tomamos fue que los estudiantes no llevaran absolutamente nada para evitar la basura y en un porcentaje muy elevado la estrategia dio resultado, esto nos demuestra que tomando medidas y estrategias todo puede ser controlado.
El problema tiene una magnitud extremadamente grande para ser resuelto, pero es necesario e imperante que hagamos algo, si no podemos resolverlo, por lo menos evitemos que se incremente.