Hoy vino a mi memoria el show que los políticos armaron en la toma de posesión de los nuevos diputados de la actual legislatura y el binomio presidencial. Un diputado llegando en ambulancia, retraso en teatro municipal. Un guión de una película no hubiera sido escrito mejor. Todos confabulados para lograr el escape, del hoy, expresidente Jimmy Morales, cubierto por la inmunidad de un parlamento que ofrecieron cerrar, y hasta el momento lo único que podemos afirmar es que a la población incauta que creyó, la volvieron a engañar.
Alejandro Giammattei llego a la presidente luego de muchos intentos fallidos, por lo que no puede alegar ignorancia de los problemas que padece el país. Altos índices de pobreza, pobreza extrema, desempleo, desigualdad, evasión y elusión fiscal. Un gobierno cooptado por fuerzas oscuras, pero de él perfectamente conocidas. No son problemas nuevos, tampoco es nueva la solución. Si el sabia, como lo afirma, que no podría dar solución, porque no es un mago como “Harry Potter”, nunca debió postularse, sin embargo lo hizo. La razón es que no busco la presidencia para resolver los problemas, fue en busca de ella, para pagar las campañas electorales y buscar ser un nuevo rico, gracias al despojo de los bienes y recursos gubernamentales, por lo tanto su objetivo, hasta este momento va bien encaminado.
El presidente confeso en su informe que no tiene la más mínima intensión de resolver los grandes problemas que aquejan, a más del 97% de la población. En su discurso pide la unidad, la construcción de puentes para llegar a acuerdos, claro está, estos acuerdos van encaminados a aceptar que existe un grupo poderoso capaz de exprimir al máximo los recursos naturales, económicos y humanos de este país. Redistribuir la riqueza, o reformar el Estado, no es su prioridad, hay que ser buen hijo de la patria, y aceptar el destino que se le ha trazado a los guatemaltecos en general. Eso pide el jefe del ejecutivo, y lo mismo reclama el del legislativo.
De las promesas de campaña, ni se diga. No existe intensión de cerrar la Secretaria de Asuntos Administrativos y Seguridad de la Presidencia –SAAS-, instancia que critico fuertemente en sus discursos a lo largo y ancho del territorio nacional. Gritaba al viento la necesidad de hacer buen uso de los recursos, que los alimentos del gobernante debía pagarlos con su dinero, sin embargo se repite la historia. Comida de lujo, como un rey, bebidas y otros beneficios forman parte del presupuesto que se tira a la basura, cuando la mayoría de los guatemaltecos pasa hambre y frio.
La creación del denominado Centro de Gobierno fue una bofetada en la cara para el pueblo decente de este país, y el cierre una total burla, pues lo integrantes de esta instancia, conforme pasan los días son re instalados en secretarias y ministerios.
El dialogo para replantear un presupuesto acorde a la crisis que vive la nación se convirtió en una novela de televisión, en la que se contratan a los actores, por ser amigos, financistas o interesados en obtener su tajada del pastel.
Con mucho más descaro se anuncia la confirmación de todos los Ministros del gabinete, habiendo prometido una evaluación de la gestión, misma que nunca se hizo, o por lo menos, se desconoce los indicadores que se tomaron en cuenta para realizarla.
¿Dónde está el dinero? La pregunta no tenido respuesta alguna. Los miles de millones autorizados para deuda por el Congreso de la República se esfumaron, no existen informes detallados de los gastos. Los hospitales COVID no fueron atendidos correctamente, al grado de que médicos y personal asignado siempre reclamo el pago de sus sueldos, sin tener una respuesta pronta. La deuda pública se incrementó en más de Q10 mil millones de quetzales, para beneficio de bancos e instituciones financieras internacionales.
Para colmo se aprueba de emergencia nacional una ley para la compra de vacunas, cuando desde mayo del año anterior se sabía que debían adquirirse, sin embargo se hace de esta forma para evitar la discusión y hacer creer al pueblo que la solución ya está cerca. Se sabe que gastaran Q1 mil 500 millones, sin tener claro la forma, cantidad y beneficiarios. Sería tanto como que usted tenga en sus manos una cantidad de dinero para gastar en lo que quiera, sin planes, sin objetivos, sin resultados.
Razón tiene el pueblo en reprobar el primer año de gestión del Presidente Alejandro Giammattei. El informe que el detalla corresponde a una realidad que no es la guatemalteca.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.