¡Cómo quisiera que esta estrella permaneciera siempre, cómo quisiera que esta estrella reluciera constantemente y cómo quisiera que esta estrella no sea fugaz! Me refiero a la estrella fulminante y brillante que en estos días hemos visto desde Barranquilla, Colombia.
Ese equipo de atletas, que en su mayoría nació, creció y se está desarrollando en condiciones precarias, no precisamente de primer mundo, donde quizá el directivo y/o delegado de cada disciplina deportiva está mejor remunerado, asistido, vestido y alimentado que el protagonista principal, es decir, el ATLETA —así, con mayúscula—. Hace apenas unas horas —1 de agosto de 2018—, otros dos grandes atletas —Juan Reyes y Lester Martínez— acaban de conseguir para nuestro país las medallas de oro número 18 y 19 en el boxeo —XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, Barranquilla 2018— , la última vez que se logró algo así fue hace 68 años, por medio de Carlos Serrano y José Colón.
Lo hecho por el petenero Lester Martínez tiene algo especial, le ganó nada más y nada menos que al campeón mundial, olímpico y panamericano, al cubano Arlen López. Aunque a algunos les molesta, pero Cuba no produce riqueza monetaria sino educa y prepara a sus jóvenes para que sean grandes atletas, el caso de Arlen López no es la excepción, y lo sintetizo en dos líneas, “se inició en la práctica del boxeo a la edad de 10 años, se educó en la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar y el Centro de Alto Rendimiento Giraldo Córdova Cardín”. Por eso no es casualidad que ese país, en estos momentos —jueves 2 de julio de 2018—, ya está ocupando el segundo lugar del medallero de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, solo superado por México. Reitero, por eso y por muchas razones, felicitaciones, parabienes y muchas bendiciones para Lester Martínez y su familia, y obviamente para su equipo que lo entrena.
El último día de julio de 2018, para Mario Pacay —fondista altaverapacense— sin lugar a dudas será inolvidable, consiguió su segunda medalla en tan sólo tres días de competencia, en las pruebas de 10,000 y 5,000 metros respectivamente, otra vez los guatemaltecos tuvimos que esperar 68 años para que se repitiera esta historia —la última la escribió el gran Doroteo Guamuch Flores, en 1950—.
¡Cómo quisiera que esta estrella permaneciera siempre, cómo quisiera que esta estrella reluciera constantemente y cómo quisiera que esta estrella no sea fugaz! ¡Gracias a todos los atletas por poner en alto el nombre inmortal de Guatemala, sin lugar a dudas no todos nos traerán medallas, pero todos nos traerán ese ejemplo de lucha, tenacidad, entrega, empeño y sobre todo la ilusión de que mañana será un día mejor!
Hoy me resisto a escribir las cosas y acciones negativas y nefastas que nuestros empleados mayores —Jimmy Morales, mayoría de diputados y los integrantes suplentes de la CSJ— están haciendo en pro de la corrupción, no hay ni una sola pizca de duda, ellos son campeones en corrupción.
Atletas —medallistas y no medallistas—, gracias, gracias y mil veces gracias por representar dignamente a nuestro país, mil disculpas, porque después de grandes y titánicas jornadas y hazañas históricas, no les hemos recibido como lo son, unos verdaderos atletas de alto rendimiento y dignos hijos de Guatemala, su actitud y entrega nos dice que ustedes también están en contra de la corrupción e impunidad.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.