Ayer falleció la Reina de Inglaterra. Los medios de comunicación se encargaron de hacer de esa muerte un acontecimiento mundial. Hasta el italiano que dirige el gobierno de Guatemala envió sus condolencias, esta bien, finalmente por protocolo debía hacerlo, y por lo que ha ganado en gracias al sistema occidental que domina este mundo.
Sin embargo ver a jóvenes y señoritas lamentar la muerte de una mujer que esclavizó a millones de personas durante su reinando no tiene sentido. Puede ser por falta de información histórica, información tergiversada o solo por admiración a esa forma de vida. La tercera me parece la de mayor aceptación. Pues cuando hay una boda real, los medios de comunicación se encargan de convertirlo en la historia de amor mas vista a nivel mundial. No olvidemos también las historietas de Disney. El príncipe rescatando a la princesa, para luego casarse y vivir de los impuestos que produce el trabajo de sus súbditos.
Desde la revolución francesa se dejo atrás muchas monarquías y surgió la democracia, que no es muy diferente. Lo que tenemos es un sistema capturado por los grupos políticos y sectores poderosos. Cada elección se compran los votos de un buen grupo, comprometido con puestos en el gobierno, el otro bloque es de los que desean un puesto en el gobierno, a ello sume a las familias. Eligen a un presidente, pero este se cree rey.
En el caso de Guatemala, el Rey Alejandro Giammattei vive de los tributos que los súbditos le proporcionan. A pesar de obtener el sueldo más alto de américa, si no es que, del mundo, Q150 mil, más bonos, se alimenta con los impuestos de nuestra población. Casa presidencial y la SAAS, quienes preparan los alimentos del rey de Guatemala, gastan diario Q403 mil quetzales, el equivalente 134 salarios mínimos. En un día. Es una vida de rey la que se da el presidente de la Republica de Guatemala. Esta actitud de los gobernantes es heredada de la colonia, y persistirá hasta que haya una verdadera reforma del Estado.
Los guatemaltecos no tenemos que sentirnos tristes por la muerte de una persona que de manera indirecta nos ha dañado. Belice es un ejemplo de cómo la corona inglesa se aprovecho de los recursos nuestros, del territorio maya, el cual ha sido explotado por ellos. Gran Bretaña extrajo todas las maderas preciosas de la región ocupada por ellos.
Fue la familia Aycinena, una de las que firmaron el acta de independencia de los criollos de acá con los españoles de allá en la península ibérica, la que entrego gran parte del territorio guatemalteco a la corona inglesa. Durante el gobierno de Rafael Carrera se firmó el pacto denominado Tratado Wyke – Aycinena, este se hizo para definir los limites de Belice a cambio de una carretera que comunicara la ciudad capital con Belice.
Desde la óptica occidental, los ingleses y los españoles se sentían propietarios solo por haber llegado, según ellos, primero a un territorio. Como quién dice, llegamos a Guatemala, somos los dueños de las tierras y nos importa poco los pueblos mayas que habitan el territorio.
Es muy propicia la muerte de la Reyna, para observar el nivel de colonización del pensamiento de los guatemaltecos, a todo nivel. Ojalá sirva para reflexionar y comprendamos que este 15 de septiembre no tenemos absolutamente nada que celebrar.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.