Han transcurrido ya casi dos años de la nueva administración pública del gobierno central, las gubernaturas y el gobierno municipal. Dos años donde la población lo único que ha cosechado es desconfianza, decepción e inconformidad, frente a la oferta electoral incumplida de quienes están al frente del gobierno en estos tres niveles. La ceguera intencional y oídos sordos, ha sido la respuesta al clamor popular de una sociedad que, cada vez más insatisfecha, se manifiesta de distintas maneras sin que las autoridades respondan conforme a lo esperado.
Muchos funcionarios de la pasada administración guardan prisión o están sujetos a procesos legales y, de seguir como estamos, no sería raro que los actuales vayan por el mismo camino y hagan compañía a los anteriores, pues la corrupción no solo no ha disminuido, sino sigue aumentando, conforme lo demuestra la crisis que estamos confrontando en Guatemala. Ya es necesario que quienes nos gobiernan reaccionen; dos años es 50 % del periodo que les corresponde, y si en ese tiempo no han hecho nada, por decir lo menos, ¿qué podemos esperar los guatemaltecos del otro 50 %?; tal vez, y lo único que quede, sea reflexionar para ser más críticos y cuidadosos en las próximas elecciones, no hacerlo significaría seguir con el masoquismo electoral y las consecuencias que, sin deberlas, está pagando el electorado.
En el caso de Quetzaltenango, la administración municipal no es la excepción, pues en los dos años transcurridos lo único que hemos cosechado es: ¡nada de nada!; un inexplicable silencio que genera dudas e inconformidad, pues la sociedad necesita saber cómo se está manejando la administración municipal. En los dos años transcurridos no se ha publicitado ninguna información concreta. El silencio del Concejo está sustituido por el empeoramiento de las condiciones en la ciudad y sus comunidades. El programa de ordenamiento territorial ya fue rechazado por el empirismo e improvisación con que fue implementado; las calles son un desastre (no existe una sola en buen estado); en cuanto a la recolección de basura, ya se impuso un aumento y el servicio sigue igual, o peor que antes; el transporte urbano empeora cada día con el agravante de que constituye un riesgo para usuarios y transeúntes; el servicio de agua potable es cada día más deficiente y, frente a esto y mucho, pero mucho más que se podría señalar, la pregunta es: transcurridos dos años, ¿dónde están los resultados de la actual administración municipal?. La sociedad, tiene la mejor respuesta.
Intencionalmente he dejado para concluir, el deficiente servicio del alumbrado, pues ello me permite ilustrarlo con un ejemplo; se trata de un caso más de los miles que confrontan los usuarios del servicio eléctrico en Quetzaltenango. Hace seis meses o más, en el cruce de la 9ª. avenida y diagonal 5 están quemados dos de los tres focos; es una calle angosta de no más de 80 metros de longitud, por ello mismo, la oscuridad es una invitación para los maleantes que están la orden del día. Durante ese tiempo (insisto: más de 6 meses), tanto vecinos como un servidor, por los riesgos e inconvenientes que el problema supone, lo hemos reportado más de 35 veces a la Empresa Eléctrica Municipal, sin ninguna respuesta. En un gesto que todos los vecinos agradecemos, la familia que ocupa el edificio del Conservatorio Nacional de Música de Occidente colocó alumbrado en el exterior para suplir la irresponsabilidad de la municipalidad, y en particular de la Empresa Eléctrica Municipal que, al igual que en otras ocasiones, secundan el ejemplo de la administración gubernamental de Guatemala: con ceguera y oídos sordos, responden al reclamo generalizado y popular de los guatemaltecos en general, y en este caso, del vecindario de Quetzaltenango en particular.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com