Parece no tener lógica mi razonamiento al decir que existen cargas necesarias, pero lo digo con base a la experiencia en la montaña, en cada ruta es necesario llevar una mochila que contenga el equipo necesario que nos auxilie durante la trayectoria, a lo que le llamo cargas necesarias.
Aunque en realidad esto no sucede en todos los casos, algunos guías locales son sorprendentes, porque no llevan consigo ni equipo ni ropa adecuada para realizar una ruta, lo cual es digno de admiración.
Recuerdo perfectamente esta experiencia, aproximadamente 12 kilómetros de ascenso, no habíamos avanzado de manera significativa, faltaban mucho por recorrer, me sentía muy cansada, al punto en que el guía local me dijo, que él podía llevar mi mochila sin ningún problema, ya que tenía la capacidad y experiencia para hacerlo, sin pensarlo dos veces acepte tan magnífica oferta; por supuesto termine llevando mi mochila hasta alcanzar la cima, pero en el momento de dificultad y mientras reponía energía para continuar, él quitó en aquella oportunidad la carga necesaria.
Repetidas veces llevamos cargas innecesarias traducidas en situaciones irrelevantes como malos entendidos, malas interpretaciones, ofensas que a veces pesan, pero que realmente no necesitamos llevar; por otro lado, hay cargas, aunque innecesarias debemos sobrellevarlas como carecer de salud, la pérdida de un ser querido, falta de recursos, la incertidumbre o los desaciertos.
Lo bueno es que, como en aquella oportunidad alguien tomó mi carga, hoy tenemos a la Persona del Espíritu Santo a quien podemos entregarle todo peso, toda carga y en quien encontramos consuelo y refugio.
Descargue en Dios todo peso innecesario y aun aquellas cargas necesarias que llegaron con el propósito de darnos una lección. En Dios siempre encontraremos descanso.
¡Feliz inicio de semana!