Hace apenas algunos días se dio el banderazo de salida de la campaña electoral de este año 2023. Normalmente las Elecciones de un país son una “fiesta cívica”, porque los ciudadanos tienen la libertad y la responsabilidad de salir el día de las votaciones a elegir al candidato que consideren más idóneo para gobernar este país.
Pero el panorama electoral no se ve nada alentador. El actual gobierno se ha encargado de demostrarnos a los guatemaltecos que de integridad no tiene nada. No soy analista político ni pretendo serlo. Pero este gobierno ha demostrado con sus hechos ser un gobierno autoritario y déspota. Un gobierno que se ha encargado de hacer más metástasis corruptas en la mayoría de instituciones del Estado.
En Guatemala no hay independencia de poderes. Me parece que hay un contubernio entre los tres organismos del Estado. Sin duda, hay alguien que dicta órdenes al MP y al Tribunal Supremo Electoral. Estos organismos huelen mal. Algo no está bien entre ellos. Definitivamente hay un interés de fondo de “taparse con la misma chamarra” de parte de los tres Organismos del Estado.
Pareciera que en el cartón de la lotería electoral quieren dejar sólo a aquellos condaditos que le darán continuidad al sistema corruto que actualmente se percibe en estos organismos. Los candidatos que se atreven a decir cosas que los que mandan no están de acuerdo, luego aparece la presión desde la Feci y el TSE.
Si desde el actual gobierno se está mal, ¿qué podemos esperar de los candaditos? La mayoría de candidatos que aparecerán en el cartón electoral ya los conocemos, ya sabemos de qué pata cojean. Su falta de educación y su mediocridad se puede ver desde su propia publicidad. Parece que no usan el cerebro para ser creativos y proponer una campaña ética y con valores.
En redes sociales hay muchos que se la llevan de analistas políticos y se encargan de difamar e inventar cosas de los demás. Se pelan unos a otros sin piedad. Y si así son en campaña, ya se imaginan cómo serán si llegan a ganar algún puesto público. De verdad que es triste la realidad política de Guatemala. No hay nada bueno para elegir.
Es aquí donde viene la reflexión y el análisis del ciudadano. A muchos políticos ya les conocemos sus mañas, y por lo tanto no debemos votar por ellos. Antes de votar tenemos que informarnos de dónde vienen y cuál ha sido su pasado familiar y personal. Algunos candidatos son miembros de familias que han gobernado este país, y ya nos demostraron que no sirven para nada. Otros políticos ya van por tercera, cuarta o quinta vez intentado llegar a ocupar Alcaldías y la presidencia. Por estos, definitivamente no hay que votar.
Ojalá los guatemaltecos nos pongamos las pilas para evitar que los corruptos nos sigan gobernando. No es posible que unos cuantos decidan por los millones que formamos este país. Creo que algunos no queremos llegar a ser una Venezuela o una Nicaragua, pero si no hacemos nada, tristemente llegaremos a ser parte de esas realidades. Los cristianos tenemos que hablar mucho con Dios a través de la oración. Tengo la esperanza de vivir en una Guatemala más justa e íntegra. Ojalá un día Guatemala esté entre los cinco países más honestos de Latinoamérica, y no entre los cinco países más corruptos de América Latina. Le pido a Dios que un día todos estos corruptos paguen un poquito de todo el daño que le han hecho a este país.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.