Durante los últimos días, en el debate entre sí la Comisión Internacional contra la Impunidad —Cicig— debe seguir o no en el país, se ha escuchado una serie de argumentos, llama poderosamente la atención uno de ellos. El argumento cita que el trabajo de la Cicig no aporta desarrollo al país, ya que el combate a la corrupción está haciendo que Guatemala se estanque económicamente. Este argumento es utilizado por los corruptos, incluso algunos se atreven a decir que el flagelo de la corrupción sí aporta crecimiento económico. De hecho, nada tiene que ver el combate frontal contra el robo que los funcionarios hacen a las arcas del Estado con el desarrollo económico; sin embargo, todo ese dinero que está escondido y que los corruptos no se atreven a gastar, por supuesto que pone a la economía en un estancamiento.
Pero, más que el ataque a la corrupción, lo que detiene la economía guatemalteca son las decisiones gubernamentales. El Gobierno actual tomó el poder sin tener una ruta o cronograma de trabajo en ningún área, mucho menos en la económica.
Los siguientes indicadores evidencian los errores cometidos por los ministros de Estado y por el presidente de la República, quienes son los responsables de los resultados negativos que presenta la economía del país.
En el índice de Competitividad (Competitividad es el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de una economía, que a su vez delimita el nivel de prosperidad que un país puede alcanzar), el país se mantuvo en el puesto 78 de 140 durante los años 2014, 2015 y 2016, y cayó al puesto 84, de 137, en 2017. Perdimos seis puestos.
En el Doing Business (Doing Business proporciona una medición objetiva de las normas que regulan la actividad empresarial y su aplicación en economías y ciudades seleccionadas en el ámbito subnacional y regional), Guatemala cayó, del puesto 73 de 189 en 2015, al 88 de 190 en 2017. Se perdieron 15 puestos. Lo que significa que en el territorio nacional no se tienen normas que propicien un adecuado ambiente para la actividad empresarial.
En el Índice de Competitividad de Viajes y Turismo (es una herramienta estratégica integral para medir el conjunto de factores y políticas que permiten el desarrollo sostenible del sector de viajes y turismo, que a su vez contribuye al desarrollo y la competitividad de un país), caímos del puesto 80, de 141, en 2015; al 86, de 136, en 2017.
En lo referente al crecimiento económico, en 2016 la economía creció un 3.1 % y en 2017 un 2.8 %, es una gran diferencia considerando que en los últimos años se había crecido por arriba del 3 %. Una economía más pequeña como la de Costa Rica creció un 4.1 %, 1.3 % más que Guatemala.
Estos son solo algunos ejemplos del desplome económico que ha tenido el país, producto del ineficiente trabajo del actual Gobierno guatemalteco.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.