Inicia el ciclo escolar , se siente el entusiasmo y la alegría de docentes, planificaciones, decoraciones de salones, talleres y capacitaciones para impartir el pan del saber; en casa los estudiantes llenos de expectativas, uniforme, mochilas, cartuchera y útiles a preparar, imaginando el momento del reencuentro de compañeros y amigos del salón, nuevos retos que afrontar; los padres de familia con las carreras de compras y pagos de inscripción, a diferencia de los años anteriores este ciclo será diferente porque la presencialidad es inexcusable, considero prudente que tanto padres de familia como maestros concienticemos a los estudiantes sobre el privilegio de estar vivos y de aprovechar el tiempo al máximo , como bien lo resalto el escritor y poeta en su poema titulado “Cuando la tormenta pase …con el corazón lloroso y el destino bendecido nos sentiremos dichosos tan solo por estar vivos”, y es que es una realidad es un privilegio estar vivos , muchos no libraron la prueba de la pandemia, todos estamos sufriendo las consecuencias, pero se nos olvida lo privilegiado que hemos sido y que por siguiente no es posible continuar la vida como si nada hubiera sucedido; como concluye el escritor en esta obra maestra , que todo sea un milagro, que todo sea un legado, que se respete la vida , la vida que hemos ganado y pidamos a Dios que nos devuelva mejores , como nos ha soñado, que cada día en las aulas exista una atmósfera de empatía , amor y respeto.