Bendigo el día en que tu vientre maduro alojó el amor más puro…
Bendigo tu vida que se transformó para que la mía tuviera un punto de partida.
Bendigo el instante en el que aceptaste el reto de ser Madre; dejando por un lado tus sueños, planes, proyectos y anhelos.
Bendigo tus manos fuente de caricias y correcciones bien merecidas, instrumentos de lucha, trabajo y esfuerzo.
Bendigo tus pies que han recorrido caminos llenos de espinos, abriendo senderos para que en tu regazo los caminará, evitando se lastimarán los pies míos …
Bendigo el cálido abrazo que consoló y reparó mi quebrantado corazón en más de una ocasión, logrando así; me levantará e iniciará de nuevo.
Bendigo las lágrimas que derramaste al ver mis derrotas y desaciertos y con palabras llenas de amor mis heridas zurcieron.
Bendigo tus cansadas rodillas que se inclinan ante el cielo clamando día a día por mi protección, haciéndose el hábito más noble y el más significativo acto de amor.
Bendigo las palabras sabias que salieron de tu boca a veces teñidas de impotencia y enojo, pero siempre emitidas para que viera con más claridad el sendero.
¡Bendigo tu Ser!
¡Bendigo tu existencia!
¡Bendigo tu presencia!
¡Bendigo tu esencia!
Te dignifico Madre mía, Madre amada.
ayer, mañana y ahora que estás conmigo…
de todas las tareas la más grande maravillosa experiencia que abrigo.
Ahora que siendo yo Madre reconozco que no ha sido fácil …
¡Reconozco tu vida y la de todas las Madres!… mujeres inigualables;
Benditos seres que no escatiman ni tiempo, ni esfuerzo y nos brindan el amor más honesto. ¡Feliz día a todas las Madres!