El conquistador, por cuidar su conquista, se vuelve esclavo de lo que ha conquistado.
Lo que no se usa, estorba. Aunque usted acumule cosas buenas, sin no le sirven, entonces le obstaculizan. Los seres humanos somos coleccionistas por naturaleza. Coleccionamos monedas, conocimientos, alimento, amores, recuerdos… Pero, una vez que estos objetos han pasado nuestra puerta, es difícil darnos cuenta si benefician o perjudican.
Muchas de estas colecciones son por miedo. La comida da vida, y nos confundimos pensando que entre más comemos, más vida tendremos. Las propiedades nos ayudan a sobrevivir, y nos confundimos pensando que entre más propiedades tenemos, más lejos de la muerte estaremos. Los amores de personas nos recuerdan a los amores de niños que nos protegieron, y nos confundimos pensando que entre más amores, más protegidos.
Las colecciones inflan nuestro ego, por eso es que presumimos las adquisiciones, queriendo afirmarnos ante los demás, buscando un lugar en la sociedad. Y si este ego, se siente amenazado, porque presiente que le quitan sus posesiones, entonces lo defiende a muerte.
Los conocimientos nos brindan posturas estratégicas para hacer o deshacer lo que queramos en este planeta. Sin embargo, hemos adquirido tanta basura, datos que nos dan ventajas para destruir, datos irracionales que nos mantienen engañados, datos que por adquirirlos hemos dañamos a otras personas, animales, objetos.
Pero principalmente algunos, nos hemos adueñado de la tierra, de los recursos naturales, de los animales y hasta de las personas. Conquistando y conquistado, con una sed insaciable de poder. Una ambición enfermiza de querer más y más. Causando dolor y destruyendo. Pero si solo podemos comer una vez a la vez, dormir en una cama, vestir un solo atuendo.
¿Cómo podemos comer en una lujosa mesa, mientras el hermano está comiendo mendicidades en el establo, y otro sirviéndonos la mesa, y otros sacrificándose para que el manjar tenga detalles insignificantes?
Observemos nuestras pertenencias. Entre más acumulaciones tengamos, más sujetos estamos. Aquí es donde deberíamos de preguntarnos: ¿Esos objetos me pertenecen o yo les pertenezco a los objetos? Para avanzar más lejos debemos ir ligeros de equipaje. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “No viajo para escapar, sino que para la vida no se me escape”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo