Es común ver en la avenida las Américas a los camiones cargados que transitan a diario con los materiales que extraen de los lugares cercanos al Valle de Palajunoj, también es común y los vecinos se han acostumbrado a que en la carretera por donde pasan estos camiones el tráfico es lento y el pavimento se encuentra en mal estado, quebrado y en muchos tramos casi intransitables.
Se supone que estas empresas que extraen recursos naturales pagan un porcentaje de sus ganancias como regalías al Estado, el cual debe invertirlo en la comunidad en donde se ubican, sin embargo, las mejoras a las comunidades no se ven reflejadas en la inversión pública porque curiosamente los lugares en donde existe extracción minera en Quetzaltenango son de los lugares en donde menos ha invertido el Estado y donde menos servicios públicos hay.
Además, el tránsito constante y sin supervisión de los camiones cargados de materiales, así como la contaminación que generan va desgastando la estructura de las viviendas y construcciones que se ubican al lado de la carretera, dañando también los drenajes, y tuberías de agua entre otros aspectos, ya que no estas carreteras no fueron diseñadas para soportar el peso de este transporte pesado.
Por otro lado, es importante tomar nota de que existen centros educativos, centros de salud, y residencias al lado de la carretera que están en constante peligro al estar expuestos al transporte pesado, sin que exista supervisión alguna, especialmente de velocidad y requisitos formales entre otros.
Por esas razones es necesario que la municipalidad, tomando en cuenta que los caminos por donde la minería transita están dañados, debe desde ya prever de que manea y con qué recursos va a construir nuevamente la infraestructura vial, ya que la vida útil de estas ha llegado a su fin.