Dentro de tantos, hay un dicho popular y ampliamente conocido que dice: “LA MULA NO ERA ARISCA; LA MENTIRA Y EL ENGAÑO, LA CONVIRTIERON”. Esto es, precisamente lo que ha sucedido con los procesos electorales donde muchos, si no es que la mayoría de los aspirantes, plantean ofrecimientos de todos los tamaños, colores y sabores con tal de atraer la simpatía y el voto de los ciudadanos; esto también, es precisamente lo que ha sucedido, sucede y seguirá sucediendo en tanto sea práctica cotidiana, el incumplimiento de la oferta electoral de candidatos y no exista un procedimiento legal que fiscalice el cumplimiento de lo que ofrecen los aspirantes a ocupar un cargo de elección popular. Quien dude de esta apreciación, basta que sea riguroso con anotar los ofrecimientos de los candidatos participantes para, posteriormente, comparar lo ofrecido, con lo realizado y cumplido cuando ya estén ocupando el cargo en el ejercicio del poder. Se dice coloquialmente que “no es ofrecer, lo que empobrece; cumplir, es lo que aniquila”. En este contexto, es necesario destacar, también ampliamente que ha sido el incumplimiento de la oferta electoral, lo que ha dado como resultado el escepticismo de los electores; la mentira y el engaño que conlleva el discurso de candidatos, es lo que ha dado como resultado que la duda y la desconfianza, se adueñe de los electores. Esta es la realidad y este es el panorama que encontramos en la segunda vuelta y de donde surgirá, el binomio presidencial que gobernará Guatemala, los próximos cuatro años a partir del año 2020.
El abstencionismo que tuvimos en las votaciones recién realizadas, no es casual; es producto de las dudas y desconfianza que ha generado el incumplimiento de la oferta electoral de los candidatos contendientes y esta baja participación, puede aumentar en la contienda entre los dos binomios finalistas. Si revisamos los ofrecimientos de los participantes en los procesos anteriores y esto no solo a nivel presidencial sino también a nivel legislativo y municipal, veremos, con muy honrosas excepciones que los resultados, al comparar lo ofrecido con lo cumplido, son decepcionantes por no decir un desastre; es lo menos que se puede decir: en la mayoría de los casos, los problemas que ofrecen resolver, han aumentado y se han agudizado; han surgido nuevas necesidades y las anteriores, se han incrementado; respalda esta apreciación, la situación que encontramos y confrontamos en el país a nivel nacional, departamental y municipal. Aquí, para no pecar de injustos, tendremos que destacar que, entre las honrosas excepciones, vale reconocer a la Municipalidad de Salcajá y su Alcalde que están calificados como una y uno de las mejores y mejor administradas en Guatemala. En este espacio lo hemos reconocido en varias ocasiones; la hemos puesto como ejemplo no solo en el país, sino también, en lo particular, comparándola con los resultados poco afortunados, que nos dejará la actual Municipalidad de Quezaltenango a pocos meses de concluir su período de cuatro años con el resultado, también, señalado en uno de nuestros recientes artículos: que entregarán un municipio y una Municipalidad, peor de como los recibieron; quien lo dude, que oriente su mirada y atención a los servicios municipales, el deterioro delas calles, el cúmulo de sesiones con poco o nulo resultado, la improvisación y la timidez en la toma de decisiones y muchos, pero muchos etcéteras más, que se podrían mencionar.
No podemos concluir sin mencionar la innumerable cantidad de irregularidades que se destacaron y señalaron en la pasada contienda electoral que se cuentan por cientos y que, según la prensa, provocó más de mil inconformidades; lo cierto es que una situación como tal, deja más dudas que desengaños y en ello se supone que, la responsabilidad, es del Tribunal Superior Electoral. Ojalá y no suceda lo mismo en el próximo evento. Tampoco se puede dejar de reflexionar respecto de que, independiente de los vicios, compra de votos, entrega de materiales de construcción, trampas disfrazadas de buenas intenciones y otras acciones que, aunque no se reconozcan como tales, son modalidades diversas de los tantos trinquetes que se disimulan en las distintas modalidades que conforman un fraude electoral. Ya pues, están electos los diputados y alcaldes; falta elegir al binomio presidencial. Corresponde a la sociedad y, especialmente a los ciudadanos el celo y vigilancia para reconocer el cumplimiento de lo ofrecido o, en su caso, denunciar y reaccionar como corresponde frente al posible incumplimiento de quienes estén en el ejercicio del poder.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com