Me sucedió la siguiente anécdota, recibiendo terapia física, estaba acongojada y triste por no tener la posibilidad de llevar a cabo mis actividades de manera normal, de repente por un pasillo vi pasar a una persona que iba con mucho ánimo y entusiasmo a recibir terapia, lo que llamo fuertemente mi atención fue que esta persona iba apoyándose de un par de muletas y le faltaba un miembro de sus extremidades inferiores, en ese instante me detuve a pensar en la falta de gratitud que tenía en medio de esta situación, fue inevitable que mis ojos se llenarán de lágrimas, mi corazón de arrepentimiento y mi mente con cambio inmediato de pensamientos.
A veces la vida nos permite estar en circunstancias, lugares o condiciones para valorar lo que tenemos o simplemente nos permite apreciar la vida siendo objetivos, positivos y vivir con gratitud pese a nuestras condiciones.
Vino a mi mente esta historia que escuche acerca de las abejas y las moscas. Ambos insectos, estando en el mismo contexto, procedieron según el instinto con que fueron creados, la mosca busco de manera inmediata el estiércol, la suciedad y la basura, mientras que la abeja busco las flores, los colores y la dulzura de la miel. Hablando de manera analógica en la vida podemos ser moscas o abejas, siempre tendremos la oportunidad de ver o tomar de cada circunstancia lo malo o lo bueno, o en otro sentido podemos en medio de una situación adversa, sea de enfermedad, económica, familiar, sentimental enfocarnos en lo positivo que nos puede traer dicha situación.
Tenemos dos opciones, ¡ser abeja o ser mosca! ¿Tú qué decides ser?